Las tres del domingo
Un médico español que accedió sin permiso a la historia clínica de un hombre que no era su paciente, fue multado por los tribunales al pago de 4 000 euros por entrometerse en la intimidad de otra persona, y a indemnizar a esta con otros 2 000 billetes. Durante el juicio, no obstante, las causas podían haber sido entendibles: el sujeto «espiado» era, presuntamente, el amante de su esposa, y el médico acusado solo quería saber si aquel padecía de alguna enfermedad de transmisión sexual para proteger la salud de su compañera… y la suya propia.