Frente al espejo
«Ha sido un artículo muy bien redactado con atinados análisis de poetas y editores (Trágico anuncio: ¿muere la poesía?, Redacción cultural de JR, 5 de febrero). Es cierto que la poesía no se lee lo suficiente, es una pena. Y las causas son múltiples. Actualmente se está escribiendo una poesía que es prácticamente experimentación con el lenguaje; eso confunde incluso a los poetas, qué diremos de los lectores. Esos libros se premian, se publican y los noveles autores se jerarquizan. ¿Pero quién comprará los libros? Gracias por tocar un tema tan sensible a quienes amamos la poesía». (Rufo)
«Creo que para consumir poesía hay que aprender a degustarla, y los encargados de colocar el plato encima de la mesa son los educadores, entiéndase: familia, escuela, medios de comunicación, bibliotecarios, editoriales, profesores de literatura, promotores culturales... Degustar poesía significa satisfacer una necesidad espiritual que se cultivó desde la infancia. La interpretación de imágenes literarias, implícitas en los versos, hace que el lector disfrute uno de los manjares más exquisitos para el alma; y asimile un lenguaje cautivador que enamora, seduce y conquista los corazones. Apetecer la poesía, elaborarla o consumirla nos enriquece la conciencia y modela nuestra personalidad, haciéndonos mejores personas». (Martivarela)
«Creo que el problema más que de precios es de lo que se edita. Se publican infinidad de libros de ensayos, ciencias sociales, etc. Muy poco de literatura general, y casi todo de autores desconocidos. Aquí, como en todo, los nombres atraen. Recuerdo que cuando yo era niño se publicaban libros de Salgari, Verne, etc. Por ahí se empezaba, y luego se pasaba a obras mayores». (JD)