Frente al espejo
«Muy atinado tu artículo sobre los payasos (¿Payasos?, Aracelys Bedevia, Látigo y cascabel, 28 de julio)... Ellos expresan una sensibilidad, una fantasía y una cultura popular que hoy casi no existen o se han perdido debido al marginalismo, la falta de poesía comunal, el pragmatismo de bajo vuelo, el empobrecimiento del habla, los esquemas de mente, la dureza inflexible de la fisonomía y el corte casi pleno en ciertas tradiciones que ya no se heredan, sino que se copian…
«Los payasos de hoy no pueden seguir igual a los de antes, pero sí pueden y deben expresar con ternura y humor un nuevo estado de conciencia, el lado gracioso de la vida, a la vez que alimenten la imaginación y el modo de relacionarse de los niños. No pueden ser ni payasos institucionalizados ni payasos marginales. Ese personaje tiene un garbo y una historia, que justifican su aparición en la literatura y el arte de todas las épocas. Hasta yo he pintado payasos, pero vistos como entidades cultas, históricas, capaces de hacer pensar...
«Es triste que así ocurra, por los niños de hoy y los del porvenir». (Manuel López Oliva)