Acuse de recibo
Nelson Lázaro Fernández Rodríguez, residente en el reparto La Güinera del municipio habanero de Arroyo Naranjo, revela que el servicio telefónico a su nombre está interrumpido ¡desde abril de 2024!, supuestamente por problemas de pares. Y, sin embargo, aparece el número, brindando el servicio a otra persona.
Añade que se reportó al 114, y se visitó la oficina comercial de Etecsa en Aldabó. Allí fue atendido por la especialista Marlén Hernández Guerra, quien hizo otro reporte el 27 de mayo del presente año, con número 9231613.
Y se le sugirió ver al Jefe de Operaciones, quien atiende los viernes de 8 y 30 de la mañana a 12 del día. Visita a Atención a la Población el 31 de mayo, y se resuelve la reparación ese mismo día.
Pero ya el 2 de junio el teléfono estaba fuera de servicio. Se podía llamar, pero no recibía llamadas. El lunes 3 de junio lo reportó al 114 con número 92 87436. Y se hizo una queja al 118, con número 24014831. Sin respuesta. Otra queja al 118 el 2 de agosto, con número 022487. Igualmente, sin respuesta.
Volvió a visitar Atención a la Población, y lo atendió la jefa del centro telefónico Aldabó, llamada Vilma, el 16 de agosto. Se recoge la queja, y una vez más, la respuesta es pendiente, por la brigada de pares.
«Hoy, 12 de septiembre, manifiesta, no se ha aparecido aún nadie de la empresa a visitar la vivienda donde se encuentra el teléfono sin servicio desde abril. Hay que visitar de nuevo Atención a la Población.
«¿Dónde está la profesionalidad de Etecsa. Deja mucho que desear. Más de cinco meses sin servicio, tres reportes y tres quejas. Y no se ha dejado de pagar la cuota mensual. ¡Ver para creer!», concluye Nelson Lázaro.
Y también revela Norma Seara, residente en Calzada del Cerro 2015, entre Santa Teresa y Monasterio, municipio capitalino de Cerro, que meses atrás escribió a esta sección por la suspensión de su servicio telefónico con el número 76481007,debido a la afectación de los cables soterrados.
Afirma que luego de ello, le informó Etecsa que iban a cambiar su número a otro bloque, y en agosto sería restablecido el servicio. «Hasta este momento no lo han hecho y nadie me ha vuelto a dar respuesta», termina.
Últimamente ha proliferado en parte de las cartas a esta columna una tendencia al efímero reflejo con mensajes como S.O.S. que en su urgencia no cumplen el principio de la precisión y la transparencia.
E, incluso, envían misivas sin siquiera con el nombre y apellidos del remitente ni la dirección particular de este; requisitos imprescindibles y sagrados desde la fundación de esta columna en diciembre de 1997.
Recuerdo a los remitentes que lo narrado por ellos debe ser de tal exactitud y pertinencia, de manera que, a la hora en que las entidades aludidas o denunciadas los visiten para investigar los hechos, puedan sostener con pelos y señales lo que revelaron en sus cartas.
Trasparencia y apego siempre a la verdad. Esa es nuestra divisa y nuestra fuerza moral. Muchas gracias.