Acuse de recibo
Desde la localidad histórica de Yara, en la provincia de Granma, escenario de las gestas independentistas, Eduardo Zamora Castro lamenta la oscuridad absoluta en que permanece en las noches el monumento al primer rebelde cubano, el irreductible cacique Hatuey.
Eduardo, quien reside en la calle Carlos Manuel de Céspedes No. 99, en ese poblado, relata que ese perenne «apagón» de insensibilidad en las noches de un sitio de tanta veneración patriótica permanece impunemente desde el 24 de diciembre de 2022, cuando le robaron todas las lámparas de su alrededor.
El remitente, que se autodenomina enfáticamente «un cubano cubano», afirma: «Parece que este caso, que es de conocimiento de todos los que tienen que ver con ello, no les duele a los responsables».
También alerta que el parque de Yara igualmente permanece en una oscuridad total en las noches, y también es de conocimiento público e institucional. Y nadie hace nada por rescatar la luz en Yara
Virgilio France Jiménez (calle Barcelona No. 112, entre Alemán y Río, Santa Clara) cuenta que frente a su casa pasa la tubería de una conductora de agua que abastece la zona hospitalaria y la industrial de esa ciudad, la que está averiada por diferentes sitios en el tramo que pasa sobre el puente correspondiente.
Los de Acueducto, refiere, se personan allí, sueldan lo afectado, pero no lo comprueban. Y cuando abren las llaves, continúan los salideros.
Precisa que en la zona que está su domicilio, en varias ocasiones se ha roto, y ya ha afectado la cimentación de su vivienda. Y en febrero del actual año se personaron en el lugar el Gobernador, la Vicegobernadora, el Director de Acueducto provincial y otros funcionarios. Plantearon que en la próxima semana se solucionaría el asunto.
«Especialmente el Gobernador y la Vicegobernadora se dirigieron a mí para pedir permiso con vistas a romper el frente de mi domicilio para acometer dicha reparación. Y estas son las horas en que todavía no hay resultado alguno, y ya mi vivienda presenta afectación en la cimentación, lo cual lo corrobora la pared que está con rajaduras, y el piso despegado», concluye.
El 1ro. de junio de 2022, Domingo Caraballo Dampiel denunció aquí, desde el habanero barrio de Cojímar, municipio de La Habana del Este, que ya hacía un mes no funcionaba la planta desalinizadora de agua de mar que se había instalado allí apenas en 2020, para beneplácito de los vecinos. Contaba que a la entrada había una reja de hierro cerrada con cadena y candado. Además, un cartel que informaba de la rotura de la bomba del pozo.
El 6 de julio de 2022 respondía aquí Mariyorkis Medina Merencio, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que el 7 de junio de ese mismo año Caraballo fue visitado por el funcionario del Centro de Incidencias de los Servicios de esa entidad que atendía el municipio de La Habana del Este, quien le informó al cliente que la rotura se debía a un problema técnico en la pizarra y tendría pronta solución.
Añadía la funcionaria que en el proceso de reparación de la planta se comprobaron problemas electrónicos, que fueron solucionados con la contratación de una entidad especializada. Y la desalinizadora quedó restablecida, para beneficio de la población.
Y el 7 de julio pasado volvió a escribirme Domingo para revelar que de nuevo había problemas con la planta desalinizadora. Un triste cartel anunciaba que por rotura no se podía brindar el servicio.
«No se ha resuelto el problema hace ya más de una semana, decía. Esperamos que se pueda de nuevo obtener el preciado líquido, que en estos momentos, con los problemas de abasto de agua, esa solución beneficiaría a muchos de los pobladores de la comunidad que acudían a diario allí. Y no solo de la comunidad, hasta de lugares distantes como Guanabo he visto personas que vienen a buscar agua a esta planta».
El 3 de agosto pasado respondía Mariyorkis Medina Merencio, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que la salida del servicio de la planta esta vez se debió a la rotura de la tarjeta de control.
Añadía que desde el primer momento de la rotura, la solución estaba en manos de una empresa mixta que se encarga de ese tipo de tecnología, y se esperaba que en próximos días estuviera funcionando.
Y el pasado 30 de noviembre recibimos la respuesta de Adriana Batista Lara, nueva jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, en la cual informa que la empresa mixta encargada de este tipo de tecnología solucionó el problema que presentaba la planta desalinizadora, la cual se encuentra brindando servicio a la comunidad.