Acuse de recibo
El pasado 4 de marzo, desde el municipio habanero de San Miguel del Padrón, Luis Gutiérrez Urdaneta contó aquí que su madre de 88 años, Raquel Urdaneta López, padece de insuficiencia renal crónica; y la nefróloga Yaneisi Soler, del hospital Miguel Enríquez, la atendió en consultas del tercer martes de cada mes en el policlínico Wilfredo Pérez.
Le indicó en octubre de 2022, por anemia persistente de Raquel, la eritropoyetina humana recombinante producida por el Centro de Inmunología Molecular. Los bulbos se entregan en la farmacia del hospital, mediante la emisión de certificados médicos válidos por tres meses. Raquel se inyectó durante un trimestre y la reacción fue positiva, por lo que la doctora le redujo la dosis en febrero.
«Hasta ahí, decía Luis, la parte muy positiva y feliz, por la certeza de la doctora y los logros de la ciencia cubana… Una vez cumplido el plazo de vigencia del certificado, la doctora emitió uno nuevo el 21 de febrero pasado. Y como no tenía modelos oficiales de certificado ni de recetas, tuvo que emitir el certificado en una hoja de papel común con los datos, descripción y los cuños correspondientes de ella y del policlínico».
El 28 de febrero la biznieta de Raquel fue con el certificado improvisado a la farmacia del hospital, y allí no se lo aceptaron. Aunque saben que hay una aguda escasez de modelos médicos, dijeron que tienen orden de despachar los medicamentos con la presentación del certificado en el modelo oficial.
El 2 de marzo, la hija de Raquel fue al hospital con un modelo de certificado en blanco y el emitido en una hoja ordinaria por la doctora Soler; con la historia clínica, el carné de identidad y la tarjeta de control del medicamento. Contactó con la nefróloga que estaba en funciones, quien se negó a transcribir el certificado al modelo oficial, pues Raquel no es su paciente. Y le informó a la hija de Raquel que el responsable de suministrar modelos de certificados y recetas es el director del policlínico.
Entonces fue a la farmacia de nuevo. Y la respuesta fue que sin modelo oficial no hay medicamentos. Finalmente averiguó dónde estaba la doctora Soler Torres. Le dijeron que en el policlínico 14 de Junio, de Diez de Octubre. Fue hasta allí, y cuando llegó, ya la doctora no estaba.
«¡Y mi madre sigue sin inyectarse la eritropoyetina humana recombinante! ¿Qué hacer… cuando la salud de una anciana está en juego por unos dichosos papeles…? ¿Lograrán acortarle la vida a mi madre?», decía Luis.
Responde el doctor Emilio Delgado Iznaga, director provincial de Salud en La Habana, que se creó una comisión investigadora, integrada por la doctora Amor de los Ángeles Vega Castaño, vicedirectora provincial de Asistencia Médica, la doctora Thais Lok Ramos, jefa del Departamento Provincial de Medicamentos, y el doctor Miguel Luciano Martínez Morales, subdirector de Aseguramiento Médico del hospital.
Entrevistaron a Luis, a las doctoras involucradas en el hecho, al Jefe del Departamento de Planificación de la provincia, a directivos de la Empresa Provincial de Abastecimiento a la Salud y a la Jefa de Departamento de Farmacia del hospital. Revisaron los documentos e hicieron comprobaciones en los almacenes del hospital. Visitaron a la paciente, y realizaron análisis con el Consejo de Dirección del hospital, para evaluar los resultados de la investigación y el análisis administrativo.
«Se constató, afirma, que fue incorrecta la prescripción por parte de la doctora de Asistencia del medicamento en un modelo que no es el oficial. Se corroboró que fue inadecuado el actuar de la otra profesional que atendió a la familiar en un segundo momento y no emitió el certificado como corresponde, toda vez que se presentó la documentación establecida. Se evidenció la existencia en el almacén de misceláneas del hospital de modelos de certificado médico.
«Por todo lo antes expuesto se califica la queja Con Razón, aplicándose a ambas doctoras una amonestación pública ante el colectivo… significando que este caso se socializó en la entrega de guardia del hospital, con todos los profesionales para que hechos como estos no se repitan; pues los trabajadores de un sector tan sensible como el nuestro están en el deber de conducir al paciente y sus familiares por el sistema de Salud hasta lograr su satisfacción, toda vez que una gestión oportuna y una buena respuesta ayudan a aliviar los padecimientos de nuestra gente. Y se le ofreció la respuesta al compañero Luis, quien agradeció la explicación y la atención», concluye.