Acuse de recibo
El 10 de noviembre de 2021, desde Espada No. 509, entre Valle y San José, Centro Habana, La Habana, Yanín Ramos denunció que en los bajos de ese edificio el consultorio médico de la familia (CMF) está cerrado desde agosto del pasado año por vertimiento de aguas albañales. Y se están afectando todos los recursos materiales asignados allí para diagnósticos clínicos.
La causa, refería, es una tupición de unos tres años, cuando personal de mantenimiento, sin dominio de su oficio, rompió la tubería de desagüe del edificio. Y desde entonces en las paredes del consultorio, y a su vez en las de la casa de Yanín, colindante en la planta baja, sigue avanzando la humedad. El vertimiento de albañales se agravó en agosto de 2021. Y la dirección del policlínico Joaquín Albarrán trasladó a la doctora y a la enfermera para otro consultorio.
El asunto, decía, lo saben las autoridades de Salud en Centro Habana, el Intendente, el Presidente del Gobierno municipal y la Dirección Provincial de Salud. Y tras las quejas, llegó un operario a inspeccionar la vivienda de Yanín, quien le solicitó que recogiera muestras del agua sucia acumulada, llena de larvas de mosquitos. Se fue, y no tenían respuesta cuando Yanín me escribió.
Ya transcurridos más de dos meses de lo publicado, aún no ha llegado la respuesta correspondiente, pero sí el seguimiento consecutivo del caso por las cartas de la propia Yanín:
El 6 de diciembre pasado ella contó lo sucedido tras la publicación: una brigada de construcción contratada cambió el tubo de desagüe que estaba roto; pero al remover, provocó que desde arriba el salidero de albañales sea mayor. Y plantearon que la solución es un cambio de línea, de manera que se independice la salida del edificio del consultorio. Eso fue el 22 de noviembre y no volvieron más.
Al respecto, el delegado de la circunscripción informó por escrito a la secretaria del Gobierno municipal. Pero no ha habido ninguna respuesta más ni acción alguna al respecto.
«El consultorio, refiere Yanín, sigue cerrado desde agosto, y el vertimiento de agua dañando mis paredes, con la consiguiente humedad en mi casa. Tuvimos una rendición de cuentas del Poder Popular con una participación que hacía años no veía. Y el Gobierno municipal, del cual depende la solución del caso, no estaba representado».
El 14 de diciembre volvió a escribirme Yanín. Lo mismo con lo mismo: el consultorio cerrado, las paredes llenas de aguas albañales. La visitó la funcionaria de Atención a la Población del policlínico Joaquín Albarrán en compañía de la de Atención a la población de la Dirección Municipal de Salud. Sostuvieron que ya se le había dado solución al problema, y pudieron verificar que las paredes de Yanín siguen humedeciéndose.
Los muebles del consultorio se hallan en el lateral del edificio al sereno y lluvia, con riesgo de que se los puedan robar. Y los constructores dejaron dentro del consultorio un hueco abierto donde se está acumulando agua que no sale al exterior, porque se filtra para las paredes de la casa de Yanín.
Y el último mensaje de ella es para informar que el pasado 4 de enero la visitó de nuevo la compañera de Atención a la Población de Salud municipal para comunicarle que ese organismo ya no tiene que ver con esa situación, pues no pueden acometer un cambio de línea. Y ella está de acuerdo con que Salud no es la que debe acometerlo, pero al menos sí debe ser más exigente con el Gobierno municipal para que se haga.
«¿No creen que esta situación es agobiante, manifiesta, que yo no pueda arreglar la humedad de mis paredes hasta que lo disponga alguien del gobierno, que no hace ni caso a todas las quejas y que miente cuando le dice a todos que este problema está resuelto?
«Que alguien me explique, por favor, si estoy equivocada o es que ya lo mal hecho es normal y yo soy alguien anacrónica? ¿Es que en todo este proceso las quejas al Gobierno de nada valen, ni aun utilizando los canales establecidos para ello?», concluye.