Acuse de recibo
Con el título Sin espacio para la excepción, el pasado 25 de noviembre publiqué la denuncia de José Luis Santana, en Jatibonico, Sancti Spíritus, sobre las penurias de vivienda de su tío Armando Santana, con domicilio en Hermanos Agüero 58, en esa misma localidad.
Contaba que Armando, con 90 años, está prácticamente ciego y padece varias enfermedades que le impiden valerse por sí mismo. En 2017, su casa resultó derrumbe total por el huracán Irma, y el Consejo de la Administración Municipal (CAM) le otorgó un subsidio para la rehabilitación integral del inmueble.
Inicialmente, añadía, los recursos le fueron entregados sin mucha dificultad, salvo algunos que no existían, y por gestiones propias se resolvieron. Pero durante 2020 no se habían recibido los materiales imprescindibles para concluir la rehabilitación, al menos los más importantes: juego de baño, dos ventanas, una puerta y algún nivel de cemento, para lo cual se cuenta con el presupuesto asignado.
El asunto, acotaba, se trató varias veces con los directivos de la Vivienda, fundamentalmente con su director. Y la respuesta siempre fue que los recursos que entraban eran para las llamadas células básicas, no para las rehabilitaciones. Que eso venía así de «arriba», y ellos no podían desviarlos de un programa para otro, porque estarían cometiendo una violación.
«Resulta llamativo, señalaba, que un subsidio aprobado por el CAM por daños de un ciclón, y dirigido a una persona vulnerable, no tenga solución en el territorio porque no es para una célula básica, sin interesar el tiempo que tiene de aprobado, ni la situación personal del beneficiado. Y más contradictorio resulta con el llamado de nuestro Presidente a que los subsidios se ejecuten dentro del año en el que fueron aprobados. Ya este va para tres años. Tuvo que ser prorrogado una vez y ya está próximo a que tenga que ser prorrogado de nuevo».
Todo ello sería intrascendente, decía, si no fuera por las condiciones personales del tío, a quien cada vez el tiempo se le hace más corto para seguir esperando: Llevaba más de dos años viviendo fuera de su casa, conviviendo en un núcleo familiar con varias personas, incluyendo jóvenes, cuyos hábitos y costumbres difieren de las suyas.
«Confío plenamente en la generosidad de la Revolución y en la sensibilidad con la que nos está llamando el Presidente a que actuemos, y en consecuencia con ello sé que este caso recibirá la protección y el tratamiento debido», concluía José Luis.
Al respecto, responden Annie Aguilera Columbié, jefa de la Oficina de Atención a la Población de la Asamblea Municipal del Poder Popular, y Alexander Grillo Álvarez, director municipal de la Vivienda en el territorio.
Precisan que en reunión con el director de la Vivienda Municipal, este refirió que en 2013 Armando fue beneficiado con un subsidio para rehabilitación de carpintería: se le otorgaron dos ventanas dobles, una puerta trasera y una puerta delantera con llavín, tres bolsas de cemento, medio metro de arena lavada y 104 ladrillos. Y a raíz del Irma se le dio otro subsidio por derrumbe parcial de techo, no total, que consistió en 24 planchas de zinc para rehabilitar toda su cubierta.
Explican que una rehabilitación integral lleva seis secciones de ventana, y se le dieron cuatro de ventanas dobles. Quedan pendientes dos, las cuales se le otorgarán cuando en el municipio haya disponibilidad de estas, al igual que el juego de baño que le falta también.
«Esos recursos que le faltaron al subsidiado, afirman, les fueron distribuidos a las células básicas que estaban comprometidas en el año», concluyen.
Agradezco la respuesta, y solo me queda apuntar que no se esclarece con argumentos convincentes la inquietud del remitente, a quien cito otra vez:
«Resulta llamativo que un subsidio aprobado por el CAM por daños de un ciclón, y dirigido a una persona vulnerable, no tenga solución en el territorio porque no es para una célula básica, sin interesar el tiempo que tiene de aprobado, ni la situación personal del beneficiado. Y más contradictorio resulta con el llamado de nuestro Presidente a que los subsidios se ejecuten dentro del año en el que fueron aprobados. Ya este va para tres años. Tuvo que ser prorrogado una vez y ya está próximo a que tenga que ser prorrogado de nuevo».