Acuse de recibo
Jasan Hamed Torres (Santa Rosa, No. 18510, entre Calzada de San Miguel del Padrón y San Mariano, San Miguel del Padrón, La Habana) relata que desde finales de enero del presente año irrumpió un salidero de agua de su calle; por el cual se le inunda el patio de su casa, que está por debajo del nivel de la vía.
Lo primero que hicieron fue notificarlo a la médica de la familia, quien lo reportó a la dirección del policlínico, por la abundancia de mosquitos y larvas de Aedes Aegypti. Pero parece, según él, que a nadie le interesó.
Transcurridos dos meses, se dirigieron a Aguas de La Habana en el municipio. Les enviaron una brigada de Pitometría, para detectar dónde brotaba el salidero. Y concluyeron los enviados que la acometida estaba reventada.
«Marcaron, afirma, y así se quedó dos meses más. Viendo que no teníamos respuesta, volvimos a ir a esa oficina, la cual volvió a mandar a Pitometría, que encontró el mismo problema.
«Así, otro mes más. Mi mamá fue directamente a hablar con la Directora de Aguas de la Habana en el municipio, quien no le dio respuesta ni solución al problema; solo su número de teléfono, el cual nunca pudo atender.
«Hace un mes mi abuela de 76 años de edad y prácticamente postrada en una cama, presentó un dengue el cual tuvimos que ocultar, para evitar que se la llevaran a un centro de aislamiento por sospecha de covid-19; sin contar que en la casa vive mi esposa embarazada de 36 semanas de gestación con fecha de parto 9 de noviembre.
«Con esto lo que quiero evitar es que nazca mi hija y el problema siga. Hace una semana mandaron un carro de la oficina, y no hicieron nada, porque, según ellos, el agua era albañal.Entonces la explicación de que mi casa se encuentra cinco metros bajo el nivel de la calle y toda la tierra que arrastra el agua para en mi patio. Y al estar estancada y mojada cogía peste.
«Ellos dijeron que no podían hacer nada; que iban a mandar a Saneamiento Básico para que trabajen ellos y después si había algún problema con la acometida, venían y trabajaban. En fin, todos miran, hablan… y no se resuelve el problema», concluye.
Desde el 15 de junio pasado, los vecinos del edificio sito en San Nicolás 350, entre San Miguel y San Rafael, en el municipio capitalino de Centro Habana, viven agredidos por una tupición de la línea fecal, la cual vierte por el registro de la acera frente al inmueble, y fluye por el contén de la parte vial de San Nicolás hacia el registro pluvial de San Miguel.
Según Abel Migueles González, uno de los vecinos, se informó el mismo día 15 de junio a Aguas de La Habana en el municipio, y les dieron la orden 8689. Transcurrida una semana, enviaron un inspector llamado Héctor, el cual confirmó la situación, e informó que mandarían un camión a destupir la línea.
Fue el camión, pero el trabajo resultó infructuoso. Explicaron que el entronque al registro central estaba fracturado, y pasarían la información para que fuera la brigada encargada de romper la calle y cambiar la tubería.
Pasados diez días, y como no iba dicha brigada, llamaron a la oficina central en Tulipán, y los atendió la compañera Aida, quien les dio la orden 10750 del 20 de julio, con el compromiso de que sería resuelto el problema.
Pasó el tiempo, y expusieron el asunto al Presidente en funciones de la zona de defensa de Dragones. Y nada se ha resuelto. Y según les dijo el inspector Héctor, Saneamiento Básico tiene la orden de romper ¡desde el 3 de julio!