Acuse de recibo
Desde Bauta, Artemisa, el pasado 27 de mayo Daymel Bello Quesada, estudiante de 6to. año de Medicina, dijo aquí que lo habían excluido del tratamiento especial que, en medio de la COVID-19, tiene el personal de Salud Pública, para adquirir alimentos y bienes de aseo sin necesidad de enfrentarse a las complicadas colas.
Contaba que en Bauta se diseñó una tienda para ello. Fue allí y le dijeron que no podía comprar, pues no aparecía en la lista. Fue al sectorial de Salud y le informaron que podían comprar los trabajadores de Salud del municipio y los estudiantes de años inferiores que hacen pesquisas.
Le indicaron que se reunirían para ver si incluían a los internos con el resto de los estudiantes. Él esperó varios días, hasta que le informaron que los internos compraban en el área donde brindan sus servicios. En su caso, es en San Antonio de los Baños, pues realiza allí su última rotación del curso en la especialidad de Medicina Interna.
«La respuesta no me convenció del todo, indica, ya que al culminar mis estudios sigo perteneciendo al municipio de Bauta. Pero decidí hacer lo que me orientaron y esperar. Hoy se repartió un módulo para los trabajadores del hospital, y a los internos ni nos avisaron, porque tampoco estábamos en la lista. ¿Los estudiantes de 6to. año no pertenecemos a Salud Pública? ¿No somos prioridad cuando estamos en contacto con pacientes todo el tiempo e incluso algunos hemos estado aislados por contacto directo con pacientes positivos a la COVID-19?», concluía Daymel.
Al respecto, responde la doctora Tania Bárbara Guerrero Pupo, jefa de Atención a la Población del Ministerio de Salud Pública, que, según le informó el doctor Joaquín Ernesto Laureiro González, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de Artemisa, la preocupación de Daymel se evaluó de conjunto con la directora municipal de Salud, doctora Tania Gómez Ríos.
Le explicaron a Daymel que el proceso de entrega de la estimulación a los trabajadores de la Salud se realiza de forma organizada, incorporando a estudiantes y trabajadores. Es por etapas, y no quedará ninguno sin beneficiarse.
En el momento de la reclamación, añade, se distribuían los recursos a 55 estudiantes y nueve profesores que quedaban pendientes, y estaban planificados los estudiantes de 6to. año para la semana del 1ro. al 7 de junio. El 5 de junio recibieron la estimulación.
Agradezco la respuesta que, lamentablemente, no fue la inicial que se le dio al interno, pues solo se le dijo que no estaba en la lista, por lo cual con mucha razón Daymel se sintió excluido cuando nos escribió.
Mercedes Padrón Alonso (República 207, entre Onelio Hernández y Soto, Ciego de Ávila), paciente de alto riesgo ante la COVID-19, por hipertensa y asmática, agradece a los alumnos de 2do. año de Ciencias Médicas de esa ciudad, que están pesquisando en el enfrentamiento a la COVID-19.
«Son Jessica Adela Otero Rodríguez, Danna Hurtado Díaz y Leonardo Eloy Morgado. Trabajan de lunes a domingo sin faltar un día. Para ellos mi reconocimiento público, y que sigan tratando con ese amor y cariño a los pacientes, que no hay mejor medicina para curar que esa», concluye.
Y Noelia Castro Almaguer (Cucalambé, No. 21, Las Tunas) reconoce públicamente la labor profesional y vocación personal del doctor Elizardo Luis, ortopédico del hospital general Doctor Ernesto Guevara de la Serna, de esa ciudad.
Cuenta que recientemente acudió a Urgencias del cuerpo de guardia de dicho centro, y fue testigo presencial del trato afable, cortés y de dedicación a su hermosa profesión de ese galeno.
«Es un ejemplo de persona y de médico, de los que hacen del buen trato parte de su labor. No quiero soslayar a los demás, porque el resto que allí laboraban, incluyendo los de la consulta de Cirugía, también atendían muy eficientemente a los pacientes. Mi aplauso especial para ellos. Mis bofetadas a quienes pretenden denigrarlos».