Acuse de recibo
Omar Fonseca (Calle 278, No. 27916, entre 279 y 285, Wajay, Boyeros, La Habana) tiene insatisfacciones desde que hace unos seis meses se acogió al servicio de Nauta Hogar para navegar por internet.
Por ello, se dedicó a hacer un estudio sistemático de los avatares en la conexión. Y de los resultados, envió un email, a atencion.usuarios@etecsa.cu, con copia a atencion.poblacion@mincom.gob.cu, con todas sus inquietudes.
Le preocupa que la velocidad de conexión de Nauta Hogar varía bastante, sin importar horario ni día. Alcanza muy pocas veces el pico máximo admisible de la conexión contratada, y muchas otras se vuelve de una lentitud insoportable, amén de otros problemas asociados que hacen que el tiempo de navegación se pierda inexorablemente.
En su estudio-secuencia, detectó que en los períodos analizados se registran tasas promedios menores al 50 por ciento de la velocidad máxima. O sea: la mitad del tiempo que navega y gasta sus horas de conexión, lo hace a un 50 por ciento de la velocidad que debería.
En cada conexión a la página de Usuario de Nauta Hogar, dice, la misma se muestra de forma intermitente: Unas veces sale rápido y otras hay que hacer varios intentos.
Después de lograda la conexión, durante los primeros tres minutos como promedio, y el contador de tiempo avanzando, no se puede navegar. No abre ninguna página. Ninguna aplicación tiene conexión. Y al rato de estar navegando, siempre hay caídas de conexión totales, que pueden ser también de uno a dos minutos como promedio.
Durante la navegación, los servicios de enrutamiento (DNS) se quedan como perdidos; y siempre pasa con los servicios asociados a Google. «Puedo navegar cualquier cosa, dice, pero los servicios de Google no responden, lo sé porque tengo correo de Gmail».
Añade que al intentar cerrar la sesión de conexión, ha contabilizado en algunos casos clics de Cerrar Sesión hasta por cinco minutos seguidos sin que ocurra el cierre de la misma. «Y lo he hecho a propósito aunque pierda minutos (pues el contador de tiempo sigue corriendo), teniendo que en el 90 por ciento de las ocasiones apagar el router Huawei».
Resume que «si se suman los minutos descritos en los puntos anteriores, se podrá llegar a la conclusión de que dos min + cinco min + un min + minutos diarios, al finalizar el mes dan horas perdidas».
Señala que el 22 de junio, 36 días después de enviadas esas inquietudes, recibió la visita del compañero Luis de Etecsa (vehículo DTSR130). Muy amable y preocupado, afirma, él revisó y el equipo de conexión y todo lo demás de Omar funcionaba de forma óptima y correcta.
«Le agradecí que confirmara lo que ya sospechaba, expresa. Entonces, siento que realmente el servicio que recibo como usuario es pésimo, ya que diariamente pierdo minutos (entiéndase dinero) y velocidad de conexión (entiéndase tiempo+dinero) por razones no imputables a mí como cliente, ni al estado técnico de mi equipamiento.
«Que por la cuota mensual que pago y por los cupones extras que le adiciono, recibo si acaso un 50 por ciento de su valor en términos de calidad del servicio. Nada que ver con el contrato que me respalda como cliente, que en su acápite II sobre las obligaciones de las partes, en su inciso II.1.7 establece que corresponderá a Etecsa «brindar sus servicios con la calidad establecida según los indicadores vigentes por el órgano regulador, y con la velocidad y ancho de banda contratados por el cliente, las 24 horas todos los días del año».
«Etecsa como institución debe entender que con sus clientes sí vale el dicho de que “el tiempo es oro”, y cada minuto que pierde un cliente por causas imputables a la empresa, es dinero que pierde ese cliente. Las soluciones están en sus manos: ¿Hay congestión en la navegación a internet? Pues tarifas mínimas nocturnas; por ejemplo, precios menores por hora de navegación».
Omar agradece la visita realizada por Etecsa, pero lo que necesita es una respuesta fundamentada a todas las inquietudes vertidas.