Acuse de recibo
EL pasado 17 de enero, y desde Guaracabulla, en el municipio villaclareño de Placetas, Aridaiselys León León contaba aquí que fue damnificada del huracán Irma, en 2017, con derrumbe total de su vivienda. Y desde entonces está albergada con su esposo e hijo, en la mitad de la Casa de Cultura de esa localidad.
Agregaba ella que por decisión del gobierno municipal, en noviembre de 2017 se le encargó la construcción de su casa a la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Luis Ramírez López.
«Pero hace cinco meses que no se trabaja —decía— porque hay 32 sacos de cemento que se echaron a perder por negligencia de la entidad encargada, o por falta de supervisión de los responsables, que no trabajaron teniendo los materiales necesarios».
Señalaba que nadie había ido a saber de la obra. Y que la responsable de Vivienda por el gobierno municipal, Esther Lidia, le había respondido hacía cuatro meses que no había forma de reponer esos materiales, que la visitaría para hablar con ella y con los constructores.
«Todavía la estoy esperando —refería—. Parece que voy a tener que quedarme a vivir en esta Casa de la Cultura. Me siento muy afortunada porque esta Revolución y mi Presidente me hayan ayudado, pero no encuentro el camino de solución para terminar mi casa y liberar este espacio, que tanta falta le hace a este poblado».
Al respecto responde Esther Lidia Valencia, coordinadora de Programas y Objetivos del Consejo de la Administración Municipal de Placetas:
«Aridaiselys León León entró de forma ilegal a la Casa de Cultura. Es cierto que es un caso de derrumbe total del ciclón Irma. Su núcleo familiar está compuesto por dos personas con edad laboral, y ninguno de los dos mantiene vínculo de trabajo con el Estado.
«Se le encargó a la CCS Luis Ramírez López la construcción de la célula básica habitacional. También es cierto que su obra estuvo paralizada en su ejecución, por existir contradicciones entre la entidad constructora y los propietarios de la vivienda, ya que estos últimos querían fundir una losa de hormigón armado (placa), y el proyecto estaba concebido como cubierta ligera. Y con la presencia de la Dirección Municipal de la Vivienda, la entidad constructora y el Gobierno municipal, quedó definido que la solución era cumplir con lo que estaba proyectado: cubierta ligera.
«Todas esas contradicciones —añade— trajeron consigo que se dilatara en el tiempo la construcción, y a su vez se echara a perder el cemento. No obstante, Aridaisely refiere que envió su carta en el momento que no tenía solución para su caso. Pero desde el 13 de diciembre de 2019 la Dirección Municipal de la Vivienda le otorgó 20 sacos de cemento, lo suficiente para que terminara de realizar las acciones constructivas».
Juan Elvis Rodríguez Guilarte (Martínez 470, entre A y Pocito, Lawton, Diez de Octubre, La Habana) sufre un derrame de aguas albañales en el patio de su casa, al fondo, en un sótano que se ha convertido en una laguna pestilente en un área de diez por 15 metros. El vertimiento data de 2018, pero ya se ha intensificado y tiene en alarma al vecindario; al extremo que dicha manzana está catalogada por la Salud Pública como de riesgo.
El peligro es tal, que hace más de seis meses que Juan no ha podido entrar a su habitación. Y aún desconoce los daños causados a equipos y muebles, sin contar la grave afectación a los cimientos de la vivienda.
Lo ha denunciado a Saneamiento Básico, en su correspondiente policlínico y en el Gobierno y Partido municipales, sin encontrar solución. Saneamiento Básico, dice, desde febrero de 2018 tiene pendiente reparar el bajante de la acera a su casa a la tubería central de la calle Martínez, causa de la tupición y del derrame, aunque esté en el interior de la vivienda
El 6 de agosto de 2019 Juan insistió, y enviaron tres veces el camión de alta presión para destupir el alcantarillado central de Martínez, «cuando ellos debían saber que lo que hacía falta era romper la calle y sustituir el bajante; lo que hicieron fue un gasto de combustible innecesario», enfatiza.