Acuse de recibo
Si el transporte en La Habana está difícil, con más razón los pasajeros deben tener una información integral y actualizada de todo su sistema de ómnibus urbanos, afirma Juan Carlos Vázquez Fresneda, vecino de calle 20, edificio 39, apto. 4, entre 4ta. y 5ta., El Roble, Guanabacoa.
Dice Juan Carlos que ha estado en paradas de ómnibus en la ciudad donde coinciden varias rutas, y por desconocer sus recorridos no las ha utilizado. Y posiblemente esto les suceda a muchas personas, luego que los tradicionales recorridos de antaño se han modificado tanto.
Considera que debía editarse un folleto o documento, con todas las rutas de ómnibus que hay en la capital, incluyendo cada paradero, el origen y destino de cada ruta y su recorrido, con la especificidad de cada parada.
Y en tal sentido, recuerda las pegatinas que años atrás, en el interior de los llamados «camellos» y ómnibus articulados, mostraban el trayecto completo de las rutas.
El pasado 27 de febrero, y desde Santiago de Cuba, Félix Navarrete Salas reveló aquí que el 22 de ese mes en la noche, una vez más, se rompió la llave reguladora de una acometida de agua, en el registro sito en la populosa Avenida de las Américas, a unos 20 o 30 metros de la Avenida Lumumba en esa ciudad.
Se derramaban cientos de miles de litros de agua, «cosa que viene sucediendo cada cierto tiempo», enfatizaba, y cuya única explicación «es la falta de calidad en los trabajos continuos de reparación que se han hecho».
Responde Esstailis Izaguirre Delís, directora adjunta de la Empresa Aguas Santiago, que fue una avería, causada por la ventosa de la conductora de 900 milímetros que abastece los hospitales, la cual súbitamente dejó de funcionar. Y se provocó por el incremento del caudal de circulación por esa conductora, que garantiza los niveles en los tanques de los cuatro centros hospitalarios que se abastecen por ella.
«La afectación fue reportada en el centro de operaciones de nuestra empresa a las 8:50 p.m; de inmediato se informó a la brigada de guardia, y quedó solucionada a las 11:18 p.m. del mismo día 22 de febrero, como caracteriza a los abnegados trabajadores de Aguas Santiago», concluye.
Agradezco la respuesta y, sobre todo, que el problema fuera resuelto apenas a poco más de dos horas de que se reportara. Lamentablemente, la funcionaria no aprovechó el espacio también para esclarecer el señalamiento que hiciera Félix en su queja, en cuanto a que la baja calidad en los trabajos continuos de reparación que se han hecho allí, es lo que causa que dicha rotura suceda cada cierto tiempo.
Raúl Pérez Castro (calle 7ma. No. 12045, apto. 10, entre Aldabó y G, Alta Habana, Boyeros, La Habana) relata que confirmó comentarios sobre un futuro cierre de la notaría que está junto a Reloj Club, al visitar ese centro, y leer un absurdo cartel que anuncia que está en proceso de «extinción», como si fuera una especie en vías de desaparecer.
«Quienes tomaron la decisión, afirma, no pensaron en ningún momento en el bienestar de la población de los barrios en esta zona de Boyeros. No puedo entender que nuestro Presidente Miguel Díaz-Canel convoque en reiteradas ocasiones a no tomar medidas que provoquen malestar en la población, y ocurran cosas como esta. Me pregunto si alguien pensó a qué hora un anciano tiene que llegar al reparto Lutgardita, en Boyeros, que es donde se localiza la otra notaría.
«Desde hace algunos años el municipio de Boyeros ha descentralizado ciertos servicios precisamente por la
extensión territorial que tiene, además de un elevado número de habitantes. Un ejemplo de los buenos resultados de la descentralización es la Oficina del Carné de Identidad en el reparto Embil que tiene garantizada la conexión, sin necesidad de estar todos juntos en la sede central del municipio.
«Instamos a la Dirección Provincial de Justicia a que piense en todos los ciudadanos que vamos a ser perjudicados con este proceso de “extinción” de la Notaría en Reloj Club. Esta es parte de la identidad de nuestro municipio, por el excelente trabajo realizado desde su fundación, siempre dirigido a que las personas salgan de allí complacidas y satisfechas», concluye.