Acuse de recibo
Nuris Piña Torres (Tamarindo No. 66, entre Rabí y San Indalecio, Santos Suárez, La Habana) relata que un día de agosto de 2015 le sustrajeron su cartera en un auto en que viajaba, y lo denunció en la Estación de Policía del Cerro que radica en la calle Infanta.
Ese mismo día, los malhechores extrajeron dinero y la cámara del cajero automático captó sus rostros. Y para confeccionar el expediente de fase preparatoria para el juicio, fue citada, y le comunicaron que, entre lo extraído de la tarjeta magnética y el resto de los valores en la cartera, la afectación económica ascendía a 1 400 pesos.
En el juicio, que se celebró en abril de 2016 en el Tribunal Municipal Especial del Cerro, se le preguntó a Nuris si deseaba ser indemnizada, a lo cual ella respondió afirmativamente. Pero allí no se mencionó nunca el monto a indemnizar. La sentencia, que condenó a los comisores a seis y cuatro años de privación de libertad, se hizo firme el 8 de septiembre de 2016.
En octubre de ese año ella recibió a vuelta de correo el modelo a presentar en la Caja de Resarcimiento, el cual tenía una cifra que Nuris consideró muy baja. Al indagar en la Caja sobre cómo podría variarse la cuantía, le orientaron que fuera al Tribunal para que enmendaran el error.
Así lo hizo, y en el Tribunal le dijeron que la cifra de indemnización la fija el Fiscal que hace el expediente para el juicio. Nuris fue a la Fiscalía Municipal del Cerro y allí, la Fiscal de guardia le dijo que llevara por escrito su pretensión. Lo hizo, y entonces le indicaron que esperara respuesta.
La citaron y le expusieron que su reclamo era justo, pues habían fotocopiado el expediente en el Tribunal, y se reflejaba en él que el error había sido del Fiscal, el cual ya no trabajaba en la Fiscalía del Cerro. Y le explicaron que no tenían facultad para revisión de sentencia, que debía dirigirse a la Fiscalía Provincial.
El 20 de enero de 2017 llevó una carta al Departamento de Protección a los Derechos Ciudadanos de la Fiscalía Provincial, adjuntándoles el escrito que ella había hecho a la Fiscalía Municipal. Pasado un mes, y al ver que no la llamaban, se presentó en la Fiscalía Provincial. Le comunicaron que su caso ya estaba radicado, pero que debía ir a la Caja de Resarcimiento y explicar que no ha ido a cobrar porque estaba reclamando un error en la cuantía a recibir.
La citaron para la Fiscalía Provincial por tercera vez, el 23 de junio de 2017. Le entregaron un documento, en el cual se denegaba su solicitud, y se le ofrecía, no obstante, la posibilidad de dirigirse a la entonces Ministra de Justicia.
La carta a la Ministra de Justicia se la recibieron el 28 de junio de ese año. Y en diciembre del mismo, recibió respuesta de la Directora provincial de Justicia, la cual expresaba que debía dirigirse al Tribunal Municipal, exponer su inconformidad; y este podría, mediante un auto aclaratorio de la sentencia, corregir la cifra de marras.
Como Nuris conocía que el error era del Fiscal, porque ya el Tribunal se lo había comunicado, volvió a Fiscalía del Cerro, dando a conocer lo expresado por la Dirección Provincial de Justicia. Y le dijeron que esperara respuesta.
El 31 de octubre de 2018 la llamaron de la Fiscalía del Cerro, que ya habían hecho la carta al Tribunal Municipal, y que ya habían rectificado la cifra, y era superior a la cuantía que se había establecido. Que llamara al Tribunal Municipal para recibir respuesta.
Y en enero de 2019, en conversación con el nuevo Presidente del Tribunal del Cerro, este, de forma muy amable, le explicó algo que ella no concibe después de tantas gestiones en más de tres años y medio: que no podía hacerse nada, y debía buscar la asesoría letrada en un bufete colectivo.
«¿Hasta cuándo debo seguir trasladándome con mis 72 años a los lugares que me orientan una y otra vez, hacer escritos, pagar fotocopias de estos y de los originales de las respuestas dadas? ¿Hasta cuándo de un lado a otro, en casi cuatro años de pesadilla? Con el error del Fiscal y la no revisión acuciosa del Tribunal, la castigada he sido yo, a pesar de ser inocente y perjudicada por dos malhechores», concluye Nuris.