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Sed, también de información

No hay agua ni información del porqué, y menos solución, en el reparto Silvio Caro, de Bahía Honda, en Artemisa,  denuncia Reinaldo Pedroso Rabassa, vecino del apartamento 20 en el edificio 8 de esa localidad. Y cuenta que ya hace bastante tiempo viven en esa extrema condición. Se han pasado hasta más de 30 días sin el líquido vital, en esa comunidad donde viven muchos ancianos y casos sociales.

«Nadie te da una respuesta, afirma, por rumores y comentarios te enteras de que los motores se rompen continuamente, pero no porque Acueducto o el Gobierno te den una respuesta sobre este tema tan polémico.

«¿No nos merecemos un poco más de atención por parte del Gobierno municipal y de los factores que están involucrados en este problema? ¿Por qué se permite que se caiga en la desatención de las comunidades?», pregunta finalmente. Y valdría la pena que el propio Gobierno de Bahía Honda respondiera —con palabras y sobre todo con acciones— a dicho emplazamiento.

Bien cobrado

El 19 de octubre de 2017, desde San Miguel del Padrón, en la capital, Danay García contaba aquí que el 16 de septiembre de ese año, su padre, quien reside en el exterior, fue a las oficinas de Transtur en la terminal 2 del aeropuerto internacional José Martí, a entregar un auto que alquilara en una sucursal de esa entidad, en 3ra. y Paseo, Vedado.

Y quien recibió el equipo le informó verbalmente, sin documento alguno, que por devolver el auto en ese sitio, y no donde lo alquiló, debía pagar 25 CUC. «En otras ocasiones lo hemos entregado ahí mismo, y sin costo alguno; ¿existe  resolución que ampare esa información verbal?», decía.

Al respecto, respondió el pasado 27 de febrero Arnaldo Alaix Domínguez Santos, director adjunto de Transtur S.A., que una comisión creada al efecto revisó la documentación que regula el arrendamiento de autos y se entrevistó con Danay, para ganar en claridad.

«Se comprobó que el funcionario de la terminal 2 cumplió lo establecido en el Procedimiento de Trabajo para el Técnico de Renta de Autos, por lo cual la queja se declara sin razón», afirma, y agrega que Danay fue visitada por segunda vez. Se le notificó el resultado y las acciones realizadas. Ella misma les informó que posteriormente rentaron otro vehículo y le detallaron el procedimiento de cobro por drop off, o retorno vacío, en caso de devolver el auto en una oficina diferente adonde se inició la renta.

Agradezco la respuesta, dado que la duda de un cliente puede fomentar en él desconfianza y descrédito. Si la primera vez se hubiera explicado tal como se hizo después, Danay no hubiera escrito a esta columna.

Lección de esta escaramuza: la información despeja resquemores y dudas. Información es sanidad y prevención.

A puro pulmón

A sus 70 años, Marta Alberti Lage volvió a lo que califica como «uno de los mejores hospitales de la capital»: el Instituto de Neumología, conocido tradicionalmente por Centro Benéfico Jurídico, sito en Calzada del Cerro y Lombillo.

«Desde que uno entra a ese centro, encuentra profesionalidad, ética médica, limpieza y buen trato. Siempre «responden con una sonrisa», un «por favor», un «gracias», un «me permite», cuando vas a recibir un proceder médico».

Allí se encuentra a los especialistas diariamente haciendo guardia, describe Marta, recorriendo las salas en horas de la noche... y allí están al amanecer con el mismo trato afable a pesar de la mala noche. Nombres como los doctores Otilia, Oramas, Normita… y los enfermeros Rey y Hansel, son muy queridos por los pacientes. Y al cuerpo de Enfermería hay que decirle usted.

Pero ese esfuerzo del colectivo se ve empañado por problemas externos, refiere. Se crecen ante dificultades materiales y problemas de recursos, originados también en el bloqueo norteamericano.

Lo otro, plantea, es la falta de respeto y de sensibilidad de los choferes de camiones, rastras y ómnibus por la Calzada del Cerro, que a pesar de la señalización de Hospital, se esmeran en hacer el mayor ruido posible. O de los transeúntes que en horario de madrugada lanzan botellas a la calle y vociferan.

«¿No hay manera de que las autoridades correspondientes velen por estos problemas? ¿Es que es tan difícil cambiar la parada de los ómnibus de la puerta del hospital?», reclama Marta.

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