Acuse de recibo
Los búfalos andan sueltos y haciendo de las suyas con los cultivos en los campos de Esmeralda, según relata Abdel Martín Taboada, campesino de la cooperativa de crédito y servicios (CCS) 26 de Julio y residente en Calle 9, entre E y F, en el batey Pre EIDE, de ese municipio camagüeyano.
Cuenta Abdel que 16 productores de arroz de esa cooperativa tienen afectadas sus siembras por los búfalos que hace tiempo escaparon de la Empresa Agropecuaria Bolivia, en el homónimo municipio de la vecina provincia de Ciego de Ávila. Así, los rumiantes se han reproducido a campo abierto y ya son miles vagando por los campos.
Refiere que cuando los búfalos destruyen las cosechas, los campesinos no pueden pagar los créditos que les otorgó el Banco. Y como tienen que seguir sembrando para vivir, mantener a sus familias y cumplir con los créditos, caen en manos de garroteros de nuevo tipo que han aparecido en los campos cubanos, quienes les cobran altos intereses.
Y ejemplifica el daño a los productores y a la economía del país, al explicar que cuando los búfalos se comen una caballería de arroz, con un promedio de 800 quintales, son destruidas unas 40 toneladas del grano.
«Se ha tratado de que la Empresa Agropecuaria Bolivia nos indemnice las pérdidas, afirma, pero ellos alegan que el Estado soltó una cantidad de búfalos a campo abierto, y no se hacen responsables de esas pérdidas».
Asegura Abdel que ellos han escrito en varias ocasiones al Ministerio de la Agricultura, pero la realidad es que no se ha logrado nada para que se recojan los búfalos y retornen a su centro de cría.
En enero de 2017, precisa, fue allí una comisión del Ministerio de la Agricultura para crear las condiciones con vistas a iniciar la recogida de los búfalos en febrero de ese año.
«Se pusieron al habla con la Dirección de la CCS, refiere, hicieron un corral para encerrar los búfalos, trajeron una brigada con unos cuantos jinetes. Estuvieron unos días, y como no les dieron pienso para alimentar los caballos, se fueron. Al final, los búfalos siguen sueltos, destruyendo las áreas de arroz».
Desde Alday, edificio 2, apartamento 7, en el reparto Trigal, del municipio habanero de Boyeros, Alexey Quesada González denuncia serios problemas con el servicio eléctrico en ese inmueble habitacional.
Cuenta Alexey que el 8 de diciembre del pasado año, una empresa constructora que erige apartamentos al lado de su edificio, accidentalmente tumbó una fase de la electricidad que alimenta al mismo.
Los vecinos comenzaron a llamar a la Empresa Eléctrica, y el 12 de ese mes les notificaron el número de reporte: 137788. Pero el 14 les notificaron otro reporte: 138523. Ya el 8 de enero se volvió a llamar, y quien los atiende en las oficinas de Boyeros les dice que no se realizaría reporte.
Al final, según Alexey, al edificio han ido en dos ocasiones compañeros de la Empresa Eléctrica, y con la misma se han retirado y no han hecho nada, alegando que es la constructora la responsable del daño.
Mientras tanto, plantea, los 37 apartamentos están conectados a la misma fase, por tal de paliar su situación. Y en consecuencia, se disparan los cataos por sobrecarga eléctrica y sobrecalentamiento de la línea.
El 8 de enero sí apareció un empleado de la Empresa Eléctrica para el cobro, con una factura de 26 pesos por apartamento, al igual que en febrero, pues los metros contadores están en blanco, sin lectura desde diciembre.
«Estuvimos sin electricidad el 14 de febrero hasta la 1:00 a.m., manifiesta. Se llamó a la Empresa Eléctrica y solucionaron alternativamente la situación. El 19 de febrero tenemos electricidad registrada en el contador, pero hay problemas con el voltaje. Comentaron los compañeros de la Empresa Eléctrica que la solución era poner dos postes de otro lugar y conectarse al tendido eléctrico de la carretera. Pero todavía no lo han realizado.
«¿Hasta cuándo esta situación con el problema eléctrico? ¿Se espera la ocurrencia de un siniestro para resolver esta situación?», pregunta Alexey.