Acuse de recibo
Aguas de La Habana, que tan ingente esfuerzo ha hecho en la recuperación de los servicios hídricos de la capital tras el paso de Irma, responde hoy quejas que nada tienen que ver con el huracán, publicadas aquí el pasado 23 de agosto.
La primera la suscribía Milagros de la Caridad Fung Chong, desde el reparto D´Beche, en Guanabacoa: su vecino contiguo tuvo una tupición en la casa que no pudo resolver. Construyó otra instalación sanitaria y solicitó el servicio de conexión al alcantarillado desde noviembre de 2016.
Y el 24 de diciembre de ese año fueron, marcaron la calle donde se suponía que la brigada trabajara, pero esta nunca apareció. Desde entonces, los desechos brotaban y caían sobre la conductora de agua potable de ese vecino y la de Caridad, con una cisterna a solo un metro de distancia.
Refería que llamaban a Aguas de La Habana del municipio, y habían tenido, hasta el momento, estas respuestas: que si ya está reportado, que la brigada va, que ya tienen la orden. Pero nada.
Y para colmo, en Corona 15, al otro lado de Caridad, el edificio tenía ya, hacía un mes, una tupición en dos apartamentos de la planta baja. Y al que está pegado a la casa de Caridad le salía el agua sucia por el frente para la calle.
Los vecinos, insistía, habían reportado la situación a Aguas de La Habana, a la delegada del Poder Popular, a Higiene y Epidemiología y Vivienda. Y la conclusión era que el problema atañía a Edificios Múltiples, que no tiene presupuesto para hacer esos trabajos. «¿Tenemos que esperar un desenlace fatal para que vengan a eliminar esos dos problemas que atentan contra la salud de los vecinos?», reclamaba Caridad.
Al respecto, responde Halina Guerra Castro, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que en visita hecha al lugar, se comprobó la situación existente y se ejecutó la instalación del entronque al alcantarillado, se trabajó con el carro de alta presión y se le dio solución a la obstrucción de Corona 15. También se reparó hasta el límite de propiedad el entronque de alcantarillado de Corona 19, además de que se le dio mantenimiento al sistema de la cuadra.
Agradezco la respuesta y la solución definitiva del problema. Pero hubiera hecho falta saber por qué el 26 de agosto, tres días después de lo denunciado aquí, se resolvió lo que antes parecía imposible.
La segunda queja revelada fue a nombre de Ada Margarita Fernández, en el reparto María Luisa, de San Miguel del Padrón: denunciaba que hacía más de seis meses el registro de alcantarillado de su cuadra estaba tupido. Y apenas llovía las aguas negras retrocedían y brotaban por los tragantes de su casa y de otras.
Fue una brigada y explicaron que era una tupición mayor, para la cual se requería de un equipo que ellos no tenían. Luego fueron otros con una manguerita para extraer el agua. Apenas llovió, la inmundicia desbordó los tragantes. Llamadas al Gobierno municipal, pero al final sin solución.
Al respecto, la propia Halina Guerra Castro informa que «en visita realizada al lugar, se pudo comprobar que la obstrucción existente en el registro de alcantarillado fue eliminada con el trabajo realizado por nuestra empresa. Se trabajó con el carro de alta presión y se reparó el registro que se encontraba en mal estado, lográndose un funcionamiento adecuado del mismo».
No explica la funcionaria cuándo fueron las acciones, si antes o después de la publicación; pero lo cierto es que los vecinos sufrieron durante más de seis meses el asunto.
La tercera carta, a nombre de Lázara Cabrera Macías, en Mulgoba, Boyeros: una tupición desataba aguas albañales en los desagües de su apartamento. Al respecto, Halina Guerra Matos responde que en inspección realizada, se comprobó que el vertimiento era producto de la obstrucción así como el mal estado de las redes sanitarias interiores del edificio.
Y al no ser competencia de Aguas de La Habana, se le orientó dirigirse «a las instituciones correspondientes» (¿cuáles?) y se remitió su caso al director municipal de la Vivienda en Boyeros, quien, por cierto, aún no ha respondido a esta sección.