Acuse de recibo
«Bajo voltaje de la atención» fue el título con el que reseñamos la carta de Julio Sánchez Castro (San Rafael No. 604, entre Gervasio y Belascoaín, 1er. piso, Centro Habana), publicada en esta sección el 16 de junio último.
Narraba Julio un largo y penoso itinerario de reclamaciones desde que en 2014 comenzó a advertir altibajos en sus reportes de consumo eléctrico. Asistió varias veces el afectado a la sucursal correspondiente de la Unión Eléctrica en su municipio y, tras varias gestiones —que incluyeron cambio de reloj contador, devolución de 35,20 pesos por concepto de ajuste y visitas de inspectores— manifestaba aún insatisfacción y dudas.
«¿Qué defensa tiene un cliente ante las reclamaciones si no presenta (la institución) las pruebas por escrito? ¿Por qué al preguntar qué medidas se habían tomado para que no se repitieran estas situaciones, me contestaron que eran problemas administrativos que no tenían que informarse?», cuestionaba el capitalino.
A propósito contesta Ricardo Mangana Pérez, director general de la Empresa Eléctrica en La Habana. Refiere que en agosto de 2014 Julio Sánchez Castro formuló una queja, a la que se dio respuesta a principio de diciembre de ese año, con la citada devolución de 35,20 pesos.
«El cliente se presentó de nuevo en marzo de 2015, con otra queja sobre el consumo facturado, esta vez se le calcula otro promedio de 246 kWh, cuando en realidad la lectura cierre de febrero fue de 277 kWh y la de cierre de marzo de 445 kWh, de lo que resultan 168 kWh consumidos en febrero, con un importe de 31,20 pesos; sin embargo, se le cobraron 71,60, resultando 40,40 cobrados de más, (dinero) que tenemos que devolverle al cliente en otro ajuste a su recibo», apunta el funcionario.
El 18 de junio de 2015, señala, fue visitado el cliente por el ingeniero Alfredo Rivero Apud, para conocer los pormenores de sus reclamaciones en la Oficina Comercial de Reina. De lo conocido en esa visita por el cliente, reseña el directivo:
«Las quejas planteadas en varias ocasiones (…) solo fueron registradas en una ocasión en el modelo oficial (UC-CM0056 Registro de Consumidores) (…). Según el cliente, el inspector no presentó en ningún momento su credencial que lo acredita como funcionario de la Empresa Eléctrica. (…) Tampoco incorporó la queja según los procedimientos establecidos al respecto, no hizo el levantamiento de la carga eléctrica de la casa del consumidor, ni tampoco calculó el porciento de registro del metrocontador con ayuda del analizador de redes…».
Igualmente trascendió que al presentarse Julio en la Oficina Comercial de Reina, el inspector trató de imponerle su criterio sin una explicación técnica en torno a por qué la factura estaba correcta o incorrecta.
«Las lecturas del metrocontador marcaban un consumo de 138 kWh, que sumados a los 51 kWh del nuevo metro instalado, hacen un consumo de 189 kWh en total y no los 250 kWh facturados al cliente como promedio. (…) Se debió cobrar al cliente 39,60 pesos, teniendo una diferencia de lo cobrado ($74,00), de 34,40 pesos, que se le devolverán al cliente en un ajuste por error en la facturación…».
La Empresa considera que la violación de algunos de los procedimientos establecidos provocó un maltrato al lector, y se determinó al respecto la responsabilidad de un grupo de trabajadores: a Juan Carlos Orchet (inspector), democión del cargo por seis meses; a Enrique Quintana Rodríguez (inspector), amonestación pública ante el Consejo de Dirección de la propia entidad, y a Yusimí Suárez Águila (jefa de Inspección de la Oficina Comercial de Reina), amonestación pública ante el Consejo de Dirección de la propia entidad.
Las evidencias del caso —apunta el Director de la Empresa Eléctrica en la capital, cuya misiva agradezco— se hallan archivadas en el expediente No. 24-1407-Q-C, de la Oficina de Gestión al Cliente, de la entidad antes mencionada.