Acuse de recibo
El pasado 23 de agosto reseñé la inquietud del lector Yován Gómez, quien fue al Karl Marx a comprar entradas para el espectáculo en homenaje a Juan Formell en ese coliseo. Y la empleada de la taquilla le dijo que para adquirirlas debía traer una carta de solicitud de su centro laboral, firmada por el director y el representante del sindicato. Que así sería para todas las funciones de esa institución.
Yován preguntaba: «¿Y las personas jubiladas, las amas de casa, el que desee ver un espectáculo, no importa quién sea y qué haga? ¿Dónde consigue su carta?». Al respecto, reproducía la respuesta que le dio la empleada: «Nada, se queda sin ver el espectáculo…»
Así, responde Maritza Montes de Oca, directora del Complejo Cultural Karl Marx, que lamenta la respuesta dada a Yován, «no solo inadecuada, sino también desprovista de argumentos y veracidad en su totalidad». E informa que el teatro ofrece al público en general alrededor de cien funciones al año, las cuales conjugan, en por ciento elevado, la calidad del talento artístico con una alta demanda del público.
A excepción de las funciones correspondientes a la promoción y premiación del programa televisivo los Lucas, señala, que se realizan en agosto y noviembre, se filman y televisan posteriormente, el resto, añade, se vende al público, no solo en la taquilla del Karl Marx, sino también en otras locaciones, en coordinación con las entidades que representan a los artistas.
Desde 2008, dice, los casos específicos de venta de las funciones de verano y premiación de los Lucas en noviembre, se realizan de manera dirigida, pensando que al tratarse de un programa habitual de la TV Cubana, la promoción durante el proceso de selección de los videoclip en competencia supera en expectativas la capacidad de la sala.
«La producción de esa modalidad de video, apunta, actualmente se ha incrementado, incluyendo en su premiación diversas especialidades. Por lo tanto, resulta necesario garantizar la presencia de una buena parte del equipo de realización y del talento artístico, no solo relacionado con los videos en competencia, sino también presente en las diferentes galas que se conciben».
Esos elementos, señala, implican un tercio de la sala a disposición de un evento de gran complejidad tecnológica, cuya finalidad es la premiación de un período de creación y la grabación de un programa de gran popularidad para el disfrute masivo a través de la Televisión cubana.
«Si a esas limitaciones de capacidad, añadimos la imposibilidad de realizar varias funciones, por los compromisos de trabajo del talento artístico —y recordamos experiencias desafortunadas de abrir la venta en taquilla en noviembre de 2011 y agosto de 2013, debido a la indisciplina social que generó en gran medida un grupo de revendedores—, consideramos apropiado organizar, desde una semana antes, la reservación de los espacios, de manera que podamos garantizar que las capacidades disponibles vayan a parar a manos de personas verdaderamente interesadas y no de especuladores. Y forma parte de las acciones que hemos venido desarrollando de conjunto con la PNR del municipio».
Así, abunda, trabajadores, estudiantes de todos los niveles, amas de casa, CDR, Círculos de Abuelos, jubilados, cooperativas y cuentapropistas hicieron su solicitud por escrito y recibieron las entradas, quizás no en las cantidades solicitadas, pero sí logramos satisfacer las demandas de un espectro amplio de público, no solo de la capital.
Desde el 2013, refiere, el Comité Organizador de Lucas ha propiciado la proyección en vivo a través de pantallas situadas en áreas aledañas al Complejo. Y el domingo 24 de agosto se logró la transmisión en vivo a través de Cubavisión, de la función El regreso de los dioses, dedicada a Formell y Los Van Van.
«Esta experiencia —afirma— aplicada en temporadas de humor, ballet u otras funciones específicas, ha permitido apoyar la labor sindical de organismos e instituciones que quieren realizar reconocimientos a colectivos de trabajadores destacados y destinar capacidades a centros educacionales, de salud y unidades militares, entre otros. Pero, en ningún otro momento, la actividad comercializable excluye la venta de entradas en taquilla, en la mayoría de los casos contando con las mejores posiciones».
Concluye Maritza que la red de información interna y externa del Complejo, la pizarra telefónica, las taquilleras y sus trabajadores en general, manejan los procedimientos para la venta. «No obstante, precisa, lamentamos el incidente, y nos comunicaremos con Yován Gómez para esclarecer la situación, como hacemos habitualmente ante cualquier queja o sugerencia».