Acuse de recibo
Una simple nota en el libro de guardia. Esa fue toda la documentación que encontró Ernesto Manuel Batista Durán en virtud de la cual su compañero de turno y él no podían entrar a su centro de trabajo, el emplazamiento de grupos electrógenos de Berroa. Sin entender nada de nada, Ernesto Manuel llamó a su jefe para que le «tradujera» aquella absurda prohibición. Este arguyó que tras entregar ellos la guardia, 72 horas antes, se había detectado agua en un tanque de petróleo.
Al responder el trabajador que no tenía nada que ver con eso, que ellos habían entregado correctamente, el directivo esgrimió que Ernesto y su compañero eran los sospechosos principales de esa anomalía, porque el turno inmediatamente anterior había trabajado bien con los motores y eran de confianza.
Ante el continuo reclamo de Ernesto, el ejecutivo le indicó irse para la casa y esperar allí a que fuera llamado. El trabajador cumplió la indicación y más de un mes después se decidió, ya bastante preocupado, a llamar al Director de la Empresa. Este le comunicó que se había decidido su expulsión y que pasarían a llevarle la sanción escrita. En el aludido documento, que finalmente llegó a manos del supuesto infractor el 19 de noviembre de 2013, no se mencionaba ni una palabra de agua, motor, petróleo o cosa semejante. Se le expulsaba por ausencias, las mismas que provocó su jefe inmediato al no permitirle ingresar al centro de trabajo.
El Órgano de Justicia Laboral de Base (OJLB) falló a favor del trabajador y dictaminó, con fecha de 27 de noviembre de 2013, su reincorporación como Operador A de cuadro eléctrico. Pero tras varios días, otra maniobra turbia intentó sacar de la entidad al afectado. Fue trasladado a otra institución similar en el Reparto Eléctrico, superdistante de su domicilio en edificio 664, apartamento 37, zona 18, Alamar, La Habana del Este.
Encima de esto, el jefe de la nueva entidad, al recibirlo le comunicó que no tenía plaza para él y que además no comprendía por qué lo habían mandado tan lejos de su hogar, cuando el horario de entrada allí era estrictamente a las 8:00 a.m. Al momento de escribirnos, Ernesto llevaba tres meses sin poder laborar, y su familia lo mantenía.
Respecto a este caso, publicado aquí el 11 de febrero último, escribe Mario Gutiérrez Ronquillo, director general de Generación Distribuida Ciudad Habana (Gedich), entidad perteneciente a la Unión Eléctrica. Explica Mario que, tras la investigación de rigor, se comprobó que en el proceso disciplinario emprendido contra Ernesto Manuel Batista Durán «no se identificó correctamente el nivel de responsabilidad del trabajador afectado, ni se aplicó al pie de la letra lo indicado por la Resolución del OJLB, y por tanto, le fueron aplicadas medidas disciplinarias no apegadas a la legislación vigente».
También apunta el directivo que el trabajador no realizó reclamación alguna a nivel de la empresa Gedich, pues cuando en la misiva expresaba haber hablado con el Director de la empresa, hacía referencia en verdad al Director de la unidad empresarial de base (UEB) Diésel. De tal forma que la dirección de Gedich conoció el caso cuando salió en JR. El trabajador tampoco reclamó sus derechos ante el sindicato del ramo en el municipio, ni ante la CTC de Guanabacoa, ni ante instancias provinciales de La Habana, lo cual —opina el directivo— hubiese evitado o corregido a tiempo las irregularidades.
De cualquier manera, ante la razón que asiste al trabajador sancionado, se resolvió, por el Consejo de Administración de la empresa, reincorporar de inmediato a Ernesto Manuel Batista a su puesto en Berroa, lo cual se efectuó a partir del 17 de febrero de 2014, así como «retribuirle todos los ingresos y beneficios dejados de percibir.
«El 25 de febrero el Director General de la empresa informó personalmente a todos los trabajadores de la planta Diésel de Berroa las medidas adoptadas y la incorporación oficial del trabajador a su centro». Igualmente se decidió «incorporar en los Planes de Prevención y de Riesgos de la empresa las medidas necesarias para que hechos como este no se repitan en la organización», apunta el dirigente.
Y finaliza acotando que se aplicó la medida disciplinaria de democión definitiva de sus cargos a los compañeros que se desempeñaban como jefe del Emplazamiento de Berroa y de director de la UEB Diésel, con independencia de lo que se derive de la aplicación de la responsabilidad material, por cometer errores no compatibles con la política desarrollada por la Unión Eléctrica, el Ministerio de Energía y Minas, y el Sindicato del ramo…».
Agradezco la misiva. Esperábamos justicia y decencia. Y llegaron.