Acuse de recibo
Sin tierra y sin dinero. Así se sentía el campesino Roberto Cruz Bazulto (finca Río, batey Corojo Línea, cooperativa de crédito y servicios Reimundo Martínez, Gaspar, Baraguá, Ciego de Ávila), un veterano que desde enero de 2011 —según narraba en su carta, publicada el 16 de noviembre— inició las gestiones legales para retirarse y obtener la pensión correspondiente.
Sostenía Roberto que entregó una caballería de tierra (13,42 hectáreas), buscó los papeles y firmas necesarios, cumplió las recomendaciones de la asesora jurídica de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños en su municipio y, supuestamente, dejó listos los documentos para las aprobaciones finales.
Contaba además el remitente que había ido en varias oportunidades a preguntar por la jubilación, pero aún no estaba —según le decían— la respuesta del Ministerio de la Agricultura. Con 72 años, agobiado por varios problemas de salud y dependiente ya de su familia para muchas de las actividades diarias, Roberto esperaba una respuesta en la casa de su yerno: calle Línea, No. 12, en Gaspar.
A propósito contesta Elbys Pérez Olivera, delegado de la Agricultura en la provincia de Ciego de Ávila. Aclara Elbys que la solicitud de pensión a través de la venta de tierra al Estado no se realizó en la fecha indicada por el remitente, sino después del 22 de julio de 2011, fecha en que falleció el hermano de este.
Cuando Roberto Cruz Bazulto se dirigió a la Delegación Municipal de la Agricultura de Baraguá para gestionar la pensión vitalicia por la venta de la porción del terreno que le correspondía, se le indicaron los documentos que debía presentar para correr con los trámites pertinentes, de acuerdo con lo estipulado en el Decreto-Ley 125, artículo 12, expresa el Delegado.
«Es entonces que se persona en la oficina del servicio catastral del municipio y el funcionario de Geocuba se percata de que uno de sus hermanos (Juan Cruz Bazulto), también copropietario de la finca, había fallecido, por lo que orienta (a Roberto) que debía regresar nuevamente al centro municipal del control de la tierra (...) para hacer un proceso de derechos y adjudicación de la tierra que era de su hermano».
Este proceso —continúa el funcionario— comenzó el 16 de abril de 2012 a partir de la solicitud que realizara otro hermano de Roberto (Antonio Cruz Bazulto) y concluyó con una resolución del delegado provincial de la Agricultura, emitida el 24 de diciembre de 2012. Este documento resuelve la adjudicación de la tierra del hermano fallecido a los restantes: Antonio, Orlando y Roberto. La resolución les fue notificada a los beneficiados el 22 de enero de 2013.
«Para realizar la venta al Estado de una parte de la tierra que conforma una copropiedad, con la finalidad de obtener la pensión vitalicia por uno de los copropietarios, es necesaria la parcelación (...), que solo es aprobada por el Ministro de la Agricultura (artículo 6 del Decreto-Ley 125)», refiere Elbys.
Y añade que en el expediente del terreno del que es copropietario Roberto radica la solicitud de los trámites para la pensión, la cual se efectuó el 8 de febrero de 2013. Por otra parte, lo planteado de que el doliente está sin tierra y sin dinero no es totalmente así, pues nadie le ha quitado el derecho a seguir explotando su finca legalmente hasta que sea comprada por el Estado.
Reconoce el Delegado que más allá de la complejidad de las gestiones, que contenían en un mismo caso dos procedimientos normados por el Decreto-Ley 125, «ciertamente existió demora en el proceso, violándose términos establecidos en la legislación vigente, lo que fue motivado por la morosidad e ineficiencia de funcionarios del centro provincial de control de la tierra, los cuales (…) ya no desempeñan tal responsabilidad».
Comunica además el funcionario que el expediente fue enviado finalmente el 21 de noviembre para la aprobación del Ministro, y que al notificarle al reclamante el contenido de la respuesta, este manifestó que «está de acuerdo y espera que el trámite no demore más, ya que necesita la pensión».
Agradezco la esclarecedora respuesta del Delegado provincial. Lamento que no se plantearan con total nitidez ciertas cuestiones del problema en lo expuesto por Roberto. Esta sección, como hemos dicho otras veces, aspira a un diálogo martiano: «franco, fiero, fiel, sin saña». En cuanto a «la morosidad e ineficiencia», que aún siguen provocando que personas, a veces de más 70 años, esperen largamente, debemos terminarlas de una vez. Lo hemos dicho ya: ¿cuándo se indemnizará por el peloteo?