Acuse de recibo
Ni fragancia. Ni fijador. Ni aspersión. Nada había en aquel perfume que se correspondiera con la marca Un toque, otras veces comprada por Guido Arredondo Salgado (Edif. D-27, Apto. 15, Zona 8, Alamar, La Habana del Este). El engañoso producto fue adquirido en la tienda La Isla, situada en Galiano, entre Neptuno y Concordia, en Centro Habana, el 5 de abril último.
Y Guido, como era lógico, regresó a la entidad por una explicación. Allí fue atendido con amabilidad por la gerente y la responsable comercial. Estas compañeras tomaron sus datos y le comunicaron que quienes debían darle una respuesta eran los suministradores, específicamente los representantes de Suchel Trans, los cuales serían informados de inmediato sobre la queja.
Después de ese día, narraba aquí Guido el 29 de mayo, se dirigió en varias ocasiones al establecimiento. Fue atendido cortésmente y hasta se le informó, por parte de la Jefa Comercial, que su homóloga de la empresa ya conocía del asunto.
Al momento de escribirnos habían pasado más de 40 días. El lector se preguntaba cómo era posible que aún los encargados de la marca no se hubiesen comunicado con él. Y reflexionaba que el disgusto de un cliente es como una bola de nieve que crece hasta la familia, el barrio, etc.
Con relación a esta misiva, llega la contestación de Carlos Luis Grass Valido, gerente general de la Sucursal Habana Este de la corporación Cimex.
Ante la situación, informa el funcionario, se constituyó un grupo de trabajo que investigó los hechos, con visita al establecimiento y al cliente como primeras acciones. De resultas de esa investigación, afirma Carlos Luis que en efecto Guido Arredondo se presentó en la tienda con la preocupación «y se le propuso, por parte de la administradora y la comercial, traer el perfume para cambiarlo o devolverle el dinero.
«Además se le comunicó que la unidad le haría una solicitud a la empresa Suchel para que revisara esta inquietud. El cliente prefirió que la empresa le diera respuesta directamente, lo que se comunicó oportunamente a Suchel».
Guido —sostiene Carlos Luis— manifestó su satisfacción con la visita y la prontitud con que la dirección de la Tienda La Isla atendió su reclamo.
«El propósito de Cimex —apunta el directivo—, desde cada una de sus entidades hasta la dirección de la Corporación, es erradicar en la medida de lo posible estas situaciones. Sin embargo, ante la emisión de una queja por nuestros clientes, asumimos el compromiso de investigar hasta la raíz sus causas, resolver los problemas hallados, ofrecer información adecuada y oportuna…».
Agradezco la respuesta de Carlos Luis Grass Valido y comento algunos elementos. El lector no debió omitir en su misiva el hecho de que le ofrecieran en la tienda el cambio del perfume o la devolución del dinero. Cuando se escribe a un espacio de debate público como Acuse, han de ponerse, honradamente, todos los datos sobre la mesa.
Era legítimo también que Guido demandara una argumentación por parte de los representantes de la marca, pero siempre informando de que los vendedores habían cumplido su parte en la compensación al problema.
Si, como afirma Carlos Luis, se concertó una cita de Suchel con el usuario, ¿por qué no se había producido más de 40 días después? Al momento de redactar esta columna no ha llegado el parecer de Suchel. Esperemos que esa misiva aclare los toques que faltan a este Toque.
En todo caso, como dicen los venezolanos: Ojo pelao. Cuidado con las adulteraciones, que ya llegan a niveles de sofisticación increíbles. Ante el engaño y la falta de escrúpulos de algunos, la decencia y la rápida denuncia de otros.