Acuse de recibo
El pasado 9 de febrero reflejé la sugerencia del periodista cubano Manuel Guerrero sobre un asunto aparentemente de interés local para los cienfuegueros, pero que entraña significación para cualquier cubano: la ubicación definitiva del busto de un emblemático actor, el «negrito» del teatro vernáculo cubano, Arquímedes Pous.
Guerrero calificaba de «absurda» la decisión tomada en 1977 de retirar del hermoso parque Martí de la Perla del Sur, el busto del cienfueguero Pous, que fuera erigido allí en 1950 por suscripción popular. El monumento, desde entonces, permanece en el patio del aledaño teatro Tomás Terry. Y Guerrero clama porque se restituya a su sitio original.
Al respecto responde el arquitecto Irán Millán, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos y presidente de la Comisión Provincial de Monumentos. Explica que en 1977, para conmemorar el aniversario 20 del levantamiento popular del 5 de septiembre de 1957, se impulsó el proyecto de restauración del parque José Martí, elaborado por el prestigioso y emblemático maestro de esa disciplina, el arquitecto Daniel Taboada.
Los trabajos, aprobados por la Comisión Nacional de Monumentos, perseguían rescatar en ese excepcional parque de estilo republicano la imagen que lo identificó en las primeras décadas del siglo XX. Precisamente para consolidar ese criterio de diseño y validar sus componentes originales, argumenta, fue que se decidió reubicar en otro sitio aquellos elementos que se le fueron añadiendo en el tiempo, y que no formaban parte de su reconocido valor patrimonial republicano.
Fueron desplazados del mismo la Pirámide Masónica, obeliscos por la Ruta de la Invasión de Oriente a Occidente, tarjas y otros motivos. En ese contexto fue que se concibió trasladar el busto de Pous con los bancos de piedra aledaños al naciente Museo del Teatro, que se ejecutaría en la casa natal del insigne actor, a menos de 150 metros del parque José Martí.
«Como emplazamiento provisional —señala— se ha situado dignamente en la terraza techada del monumental teatro Tomás Terry, vinculada a la sala del coliseo y a sus jardines laterales, en el espacio donde tantas veces actuó y que sintió como su propia casa. En esta área se desarrollan acciones culturales que prestigian al teatro. Allí se encuentra precedida por el valioso busto restaurado, venerado y respetado por todos».
Irán no explica en qué derivó el proyecto del Museo del Teatro; pero de sus palabras, y del adjetivo «provisional» con que califica al actual emplazamiento del busto de Pous, se deduce que el insigne actor, representado en un busto de factura popular, algún día retornará a su Casa Natal, para orgullo de los cienfuegueros.
Ángel Guillermo Rondón (Calle Nueva No. 277, entre Callamo y Diez de Octubre, Palma Soriano, Santiago de Cuba) solicitó hace cinco años un crédito mediante la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV), para adquirir un módulo de carpintería de aluminio, por valor de 4 000 pesos.
El crédito le fue otorgado. A partir de una entrada de 480 pesos en el Banco Popular de Ahorro (BPA), seguidamente comenzó a pagarlo a razón de 32 pesos mensuales. Pero lo increíble es que la DMV aún no le ha entregado el módulo. Y él sigue pagando lo que no tiene. Ha ido a la DMV en varias ocasiones. Hace un mes se entrevistó con la funcionaria de esa dirección que atiende Economía. Y a ella, luego de comunicarse con la instancia provincial, se le informó que el caso de Ángel estaba pendiente de análisis por la instancia nacional.
Al afectado le consta que en los almacenes de la DMV de Palma Soriano hay recursos como los solicitados por él, y en cantidades suficientes. «Y se venden a un precio superior al estipulado por el crédito, a razón de 375 pesos la hoja de persiana, por ejemplo», asegura el lector.
Hace poco lo citaron al BPA pues había dejado de pagar dos meses. El gerente de la sucursal le explicó a Ángel que tenía la obligación de cumplir con los pagos del crédito, porque ya esa entidad había entregado el dinero a Vivienda.
«Eso me parece razonable por parte del Banco, pero yo sigo sin tener los recursos, pagando el crédito en tiempo y forma. Estoy en una situación lo más parecida a una emboscada: no tengo cómo salir, ni tampoco cómo avanzar», concluye.
Hasta un niño preguntaría: ¿Dónde está el módulo de Ángel y por qué no se le ha entregado? ¿Quién responde?