Acuse de recibo
EL pasado 25 de junio, Mayra Mestre (Edificio 16-A, apto. 17, reparto Guiteras, Ciudad de La Habana), contaba aquí que su hija, Talía Bermúdez Mestre, quien labora en el policlínico Wilfredo Santana, de esa barriada, había retornado de una misión en el Programa Barrio Adentro, en Venezuela, durante la cual cursó numerosas asignaturas de la especialidad Óptica y Optometría.
Y aunque Talía ya llevaba un año en Cuba, y con licencia de maternidad, su expediente aún no estaba en La Habana. Y Mayra se preocupaba por la situación que le traería a la muchacha en el futuro.
Casi tres meses después, el 22 de septiembre, esta sección no había recibido respuesta del Ministerio de Salud Pública, y este redactor reflejaba la nueva carta de Mayra, en la cual señalaba que el expediente no había llegado aún ni tampoco una respuesta concreta al respecto.
El 1ro. de noviembre se recibió en esta redacción la respuesta del doctor Roberto González, viceministro de Salud Pública para la Docencia y las Investigaciones, quien señala que Talía fue atendida en el departamento de Ingreso y por el director de Docencia Médica Nacional, quienes, al oír su reclamo, contactaron nuevamente con los compañeros que atienden esa área en Venezuela. Y estos informaron que su expediente ya se encontraba en Caracas, listo para su próximo envío a Cuba.
Precisa el Viceministro que los expedientes académicos de los estudiantes son documentos legales que se despachan hacia Cuba por funcionarios de la Coordinación Docente en Venezuela. Y es imprescindible la presentación de ellos para realizar la matrícula, una vez efectuado el análisis del año académico en que corresponde ubicar al estudiante, según las asignaturas cursadas y aprobadas.
Recalca González que ese es un proceso metodológico que la Universidad realiza con la mayor brevedad posible, pero requiere tiempo, entre otros aspectos porque son muchos los estudiantes a los cuales se les realiza ese trámite.
«En estos momentos —informa— nuestro Ministerio se encuentra enfrascado en un proceso de reordenamiento de los recursos humanos, y la carrera de Tecnología de la Salud está en un rediseño de su programa de estudio, contemplándose un tratamiento diferenciado para cada uno de estos estudiantes que regresan del cumplimiento de su misión, siempre y cuando cumplan con los requisitos antes mencionados».
Asegura el doctor González que «a ningún alumno matriculado en Venezuela se le negará el derecho a la continuidad de estudios en Cuba, cuidando de no violar lo establecido hasta concluir este proceso; razón por la cual fue necesario extender el período de matrícula hasta tanto se terminen de recibir los documentos docentes».
Yasneidy Perdomo (Calle 17 No. 3411, Playa, Ciudad de La Habana) cuenta que su abuelita estuvo ingresada en Cuidados Coronarios Intensivos e Intermedios del 20 de octubre al 1ro. de noviembre en el hospital Joaquín Albarrán (Clínico Quirúrgico de 26). Y quiere felicitar a los médicos, personal de Enfermería, pantristas y auxiliares de limpieza por la atención esmerada, profesionalidad y cariño que prodigan a los pacientes.
Enma Viña (Goicuría 1011, entre Continental y Sevillano, Ciudad de La Habana) disfrutaba el 10 de noviembre con su familia en la cafetería de la planta baja de la tienda La Puntilla, en el municipio de Playa.
Y por esos lapsus que tiene cualquiera, cuando se fueron ella dejó su cartera sobre la mesa. A la media hora regresaron y ya la misma no estaba allí. Enma pensó lo peor: alguien ya se la había apropiado y, con ella, del inventario de objetos diversos que lleva una mujer en su cartera, incluidos los documentos de identificación y dinero.
Ya desalentada, le preguntó a uno de los dependientes si había visto la cartera. Y el hombre fue hacia adentro y retornó con ella en las manos. E intacta.
«Me puse tan contenta que lloré, expresa Enma. No tenía palabras para agradecerles. Estos son hechos que no debemos pasar por alto. Esos trabajadores demostraron ser lo máximo. Mi eterna gratitud».