Acuse de recibo
Kenia Silvera, directora técnica de la Unión Láctea (UNILAC), esclarece en su respuesta el tema tan socorrido del vencimiento de la leche en polvo Sancor, que se está distribuyendo normadamente a los niños.
El detonante fue la queja de Silvia Núñez, residente en La Habana Vieja, reflejada aquí el 30 de julio: ella señalaba su preocupación por el peligro que representa que hayan vendido recientemente en ese municipio cajas de leche Sancor con fecha de vencimiento «agosto de 2009». También apuntaba que cuando fue a la lechería de Sol entre Inquisidor y Desamparados, a cambiar una caja cuyo contenido estaba en mal estado, le dijeron que debía pagarla nuevamente.
A propósito, señala Kenia que el propio 30 de julio Silvia fue visitada en su casa por directivos y especialistas de UNILAC y del Ministerio de Comercio Interior. Y allí se le explicó que el producto no está obsoleto, pues vence el último día de agosto. Se le mostraron los resultados del análisis, en el cual se comprobó que cumplía los requisitos de calidad.
Al margen de ello, una de las cajas adquiridas por Silvia presentaba problemas puntualmente. «Un envase individual de cualquier alimento —argumenta— puede presentar comportamiento diferente al lote a que pertenece, debido a posibles fallas en la hermeticidad, lo cual puede ocurrir en cualquier momento de la vida útil del producto».
En casos como ese, agrega, el producto debe ser cambiado en las unidades de Comercio, como ocurrió con Silvia; y no puede cobrarse nuevamente, como erróneamente se hizo. Tal negligencia fue analizada por la dirección de la Empresa Municipal de Comercio y Gastronomía de La Habana Vieja, según le comunicaron a UNILAC, y se les aplicó medidas disciplinarias a la especialista de la entidad, a la jefa comercial de la unidad básica y al administrador del punto de venta de leche. Y el dinero que se le había cobrado se le devolvió a Silvia.
Dado que la inquietud de la reclamante puede ser la de muchas personas, y teniendo en cuenta que esa leche tiene un destino tan importante, aclara Kenia que en sentido general, los fabricantes de alimentos en polvo establecen una fecha de vencimiento para sus productos con algunos meses por debajo de la fecha real en que los mismos cambian sus propiedades.
«Por lo tanto —precisa—, no hay ninguna contradicción ni violación en distribuir leche en polvo para ser consumida en el mes en que se vence. Evaluamos durante todo el período de vida útil del producto el cumplimiento de sus especificaciones de calidad, asegurándonos de que no se distribuyan alimentos que presenten signos de cambio…».
Orienta UNILAC a los clientes que, ante cualquier situación puntual de esta naturaleza, deben comunicarse con el Departamento de Calidad de la Unión, por los teléfonos disponibles para Atención al Consumidor: 862-8610 y la pizarra 862-6011 hasta el 17, extensión 118. Pueden también contactar con la Dirección Comercial, por la extensión 218.
Agradezco el útil esclarecimiento de UNILAC y, de paso, me disculpo públicamente: por un lapsus mentis, la queja de Silvia, que había sido publicada aquí el 30 de julio, la volví a repetir el pasado 18 de agosto. Esa sí tenía «fecha de vencimiento» el 30 de julio, como para aparecerme el 18 de agosto como si fuera fresquita. Perdón.
Por otra parte, informo a nuestros lectores que, por cambios editoriales en cuanto al aumento del puntaje de la letra de nuestro diario, ahora es menor el espacio de esta columna, aun cuando pueda parecer el mismo.
Ello ha conllevado a reducir el número de líneas de Acuse. Teniendo tantas cartas, ello nos compromete a buscar más síntesis por una parte; y por la otra, a tramitar mayor cantidad de cartas con las entidades e instituciones correspondientes. Lo que sí pueden estar seguros es de que nunca abandonaremos a nuestros lectores.