Acuse de recibo
Nada más que por sus 90 años y achaques, después de toda una vida consagrada al trabajo, el campesino Leopoldo Laurencio Reyes no merece que se juegue irresponsablemente con su tiempo y su bolsillo. El veterano, residente en la comunidad San Mateo, de Santa Catalina, en la provincia de Guantánamo, es integrante de la cooperativa Sabino Pupo. Hace dos años y seis meses vendió una vaca a la Empresa Lorenzo Boicet, y aún no ha recibido su dinero. «La empresa dice que de allá salió el cheque, llegó al Registro Pecuario del Consejo, tenía problemas y se devolvió a la empresa. Pero el irresponsable que debía llevarlo no lo ha entregado para renovarlo», denuncia Leopoldo. «Si tengo que ir a otro lado, sentencia, gastaré lo que vale la vaca».
Oscuro sentido del ahorro: Lázaro Raisel Milians (Martí número 45H, San Juan y Martínez, Pinar del Río) considera ridículas y absurdas ciertas interpretaciones distorsionadas sobre el impostergable ahorro de energía eléctrica en el país. «No entiendo cómo, durante todos los días de la semana, excepto el domingo, las calles de San Juan y Martínez permanecen oscuras toda la noche, incluso las dos más importantes arterias de la localidad: Francisco Rivera y José Martí. Esas luminarias (lámparas ahorradoras), aun encendidas toda la noche no consumen lo suficiente para el derroche. Se puede buscar una variante donde el alumbrado público no se afecte totalmente. Eso trae consigo el incremento de la probabilidad de hechos delictivos y desorden público».
Bodeguero sin trastienda: Miriam Gener Monterrey (Marqués de la Torre 226, entre Mangos y Princesa, Lawton, Ciudad de La Habana) manifiesta que nunca había tenido un bodeguero tan honesto como Carlos, en la bodega 1142 de 10 de Octubre esquina a Princesa, del municipio capitalino de 10 de Octubre, donde recientemente comenzó a comprar como consumidora. «Me maravillo de ver cómo en su bodega no hay largas colas, ni siquiera los primeros días del mes, manifiesta. Jamás me habían despachado tan bien, sin faltarme ni una onza. Ojalá todos fueran tan honrados y no jugaran con el peso de las mercancías de los consumidores».
La responsabilidad empieza arriba: El pasado 14 de abril reflejé aquí la denuncia del lector George Adam Acosta acerca del deterioro progresivo del área deportiva recreativa llamada escuela Comunitaria Cerro, ubicada en Carvajal, entre Diana y Leonor, en ese municipio capitalino. Habiendo sido una obra arquitectónica de gran belleza, ese centro deportivo «está a la vera de la indolencia, los depredadores y el tiempo», remarcaba George y ejemplificaba con el abandono y la destrucción de varias de sus áreas e instalaciones. Al respecto responde Carlos González Aldea, director provincial de Deportes en Ciudad de La Habana, quien concuerda en el grado de deterioro de la instalación, y advierte que para su reparación se requiere de un financiamiento, cuyo monto es de un millón de pesos y 250 000 CUC. En cuanto a la piscina sellada, aclara que fue una decisión consultada y aprobada, debido a que a ella llegaba el agua contaminada del canal, producto de la filtración del mismo. El funcionario considera que «al cuidado de la instalación le faltó el accionar de los trabajadores del movimiento deportivo, los cuales tienen la responsabilidad de su cuidado. Es evidente una vez más, la necesidad de la ayuda de la comunidad, en contribuir a la vigilancia de los recursos que el Estado aporta, para beneficio de la población del barrio. Se hace necesario que los factores de la zona, de conjunto con la Dirección Municipal de Deportes del Cerro, ejecuten acciones que redunden en el mejoramiento del entorno de esa instalación, para que continúe tributando a la calidad de vida». Este redactor solo agregaría que en todo ello, en lo que se fue de las manos, y en lo que se pueda hacer por ahora, la responsabilidad mayor la tienen los directivos del deporte y los de la instalación.
Aclaración: El pasado martes no se publicó esta sección porque la edición estaba dedicada mayoritariamente a los infaustos acontecimientos de la hermana República de Honduras. Muchos lectores llamaron preocupados a nuestro diario. A ellos les reiteramos una vez más que la sección vino para quedarse, y siempre acompañará a los cubanos en sus criterios y sugerencias, en sus denuncias y elogios, en sus quejas y esperanzas.