Acuse de recibo
La irresponsabilidad y la burocrática actitud de dilatar soluciones, al punto de tener a las personas en la incertidumbre, no pueden incubarse en una tarea tan noble como la sustitución de equipos electrodomésticos.
Hoy traigo varias respuestas, como la enviada por Noelvis Urquiza, jefa del Programa de Trabajadores Sociales del municipio capitalino de 10 de Octubre, a raíz de la queja de Ileana Montalvo, reflejada aquí el pasado 2 de marzo.
Ileana contaba entonces que ella residía en un albergue en el Consejo Popular Tamarindo en el 2005, cuando se hizo allí el censo de los refrigeradores, para su futuro cambio. En diciembre de 2006, a ella se le asignó la vivienda donde hoy reside: Correa 266, apartamento 7, en el mismo Consejo. Y ello fue alertado, para el traslado de la planilla.
En agosto de 2007 comenzaron a distribuir los refrigeradores en su zona, y seis meses después, cuando me escribió, le habían dicho que el suyo no se le podía entregar hasta que la compañera al frente de esa tarea en el Consejo no realizara las investigaciones. Esta última le planteó que no podía ocuparse de su caso hasta que no terminara otros papeles. «¿Soy responsable de la falta de seriedad? ¿Por qué esperar a que alguien se conduela y termine un proceso de burocratismo?», protestaba Ileana.
Al respecto, plantea Noelvis que «nada justifica la larga espera de Ileana por el cambio de refrigerador, cuando la planilla del censo de los equipos de su vivienda se encontraba en el mismo municipio». Y agrega que se hizo un análisis: la jefa de la tarea en el Consejo fue demovida, por ese y otros problemas organizativos.
No responder la soluciónMercedes Siborí denunció aquí el 11 de enero de 2008, lo que le sucediera donde reside, Villa Panamericana, municipio capitalino de La Habana del Este: aunque había sido censado en 2005, su refrigerador no aparecía en el listado el 8 de diciembre de 2007, cuando se efectuó el cambio en su zona. Mercedes quedó en la incertidumbre. A esperar.
Al respecto, señala Tamara Castanedo, jefa del Programa de Trabajadores Sociales en el municipio, que «tiene razón al quejarse, porque una vez que hizo la reclamación para que se le cambiara su refrigerador, debió definirse cuándo se le sustituiría, y no posponerse la solución del problema».
El trabajador social encargado de realizar los listados de la sustitución, quien omitió el núcleo de Mercedes, «fue analizado, y se decidió que no continuara en esa actividad, al denotarse falta de responsabilidad en su trabajo». Y se le sustituyó al fin el refrigerador a la reclamante.
Sin aplazamientosEl 13 de mayo pasado reflejé aquí otra historia de desasosiego: a Francisco Martín, del Barrio Obrero en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón, no le cambiaron el televisor el día en que se sustituían los de su barrio, porque la planilla del censo se había extraviado.
Francisco fue al Puesto de Mando municipal, y la respuesta fue que había que hacer otra vez el censo. Esperar. Y el afectado presagiaba larga dilación, cuando valoró «en qué se convierte esperar cuando de mal trabajo se trata»”.
En tal sentido, Jesús Otamendi, jefe del Programa de Trabajadores Sociales de Ciudad de La Habana, reconoce que Francisco «tiene toda la razón, debido a que en el municipio no se cumplió lo establecido ante situaciones como la planteada».
Subraya que en la visita previa para la organización del proceso de sustitución de equipos en cada CDR, deben identificarse los problemas e inquietudes y dárseles respuesta. «Lo que correspondía hacer luego de conocer la pérdida de la planilla era su inmediata elaboración, y proceder sin aplazamientos a la sustitución del televisor».
Señala Otamendi que «por el error cometido se tomaron medidas con el Jefe del programa y del Frente de las Tareas de la Revolución Energética en el municipio», pero no precisa cuáles fueron.
Agradezco las autocríticas respuestas, y la resolución con que se enfrentaron irresponsabilidades que manchan el prestigio de una tarea tan decisiva para el país. Lo importante es velar y controlar para que no vuelvan a repetirse tales desentendimientos.