Acuse de recibo
Raúl Reyes Marimón, director de la Unidad Básica Provincial de Reparación y Escombreo de Fosas (UBPREF) de Ciudad de La Habana —conocida popularmente como Aguas Negras—, me escribe preocupado por las confusiones que tienen los ciudadanos acerca del objeto social de esa entidad, al punto de que le endilgan responsabilidades que corresponden a otras instituciones.
Refiere Raúl que Aguas Negras, adscrita a la Organización Económica Estatal Conservación de Edificaciones y Servicios Menores (Micro Social), se constituyó para dar servicio en el saneamiento intradomiciliario.
Explica que «también Aguas de La Habana posee una unidad que atiende las fosas, pero solo en lo que respecta a su alivio, así como la atención de todo lo concerniente a aguas albañales en el exterior de las viviendas y las calles; por eso es que a menudo surge la confusión en la población de quién debe acometer la tarea en cuestión».
Para el desempeño de sus tareas, precisa, Aguas Negras cuenta con cuatro agrupaciones principales: Marianao, que atiende toda la parte oeste de la capital; Cerro, para todos los municipios del centro y el norte; Guanabacoa, para los municipios del este y sur, y Playa, que atiende a ese municipio.
Y específicamente la Agrupación del Cerro está concebida como unidad de respuesta rápida del Consejo de la Administración Provincial para enfrentar, además, situaciones de contingencias y desastres en Ciudad de La Habana.
Aclara el director que para solicitar los servicios de Aguas Negras los reclamantes tienen dos opciones: presentarse en sus sedes, o también formular su reporte, vía telefónica, en las oficinas de Atención a la Población entre las 8:00 a.m. y las 4:30 p.m.
Las agrupaciones pueden localizarse en: Marianao, calle 124 y 57, teléfono 262-4442; Guanabacoa, Independencia 459, teléfono 797-3197; Cerro, San Francisco 141, teléfono 878-7694; y Playa, avenida 9na. y calle 120.
Refiere Raúl que al constituirse Aguas Negras, hace cinco años, se les asignó por la dirección del país un parque de vehículos, en su mayoría especializados, y otros llegaron mediante convenios de colaboración. Pero en este tiempo se han explotado intensamente, sin el respaldo técnico necesario, por ser una tecnología especializada en ciertos casos, y en otros por no existir en el país equipos similares.
Tal situación se ha agudizado en los últimos tiempos, con la fuerte campaña antivectorial. Y actualmente han recibido un determinado nivel de financiamiento para la remotorización de los mismos; «pero se ha hecho difícil, no imposible, la adquisición de dichas partes y piezas».
Otros casos que se prestan a confusión son los de los pozos, que al perder su absorbencia se inutilizan. Pero esa actividad la atiende la Empresa de Perforaciones del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, no Aguas Negras ni Aguas de La Habana.
«Es costumbre y política de nuestra empresa —recalca— no descartar nuestra responsabilidad sin antes verificar en el terreno hasta dónde nos corresponde actuar. Así, se toman las medidas a nuestro alcance, ya que de acuerdo con el elevado número de reportes, quejas y planteamientos que recibimos a diario, hemos establecido un plazo de hasta siete días para responder a cada caso, priorizando fundamentalmente los hospitales, policlínicos, consultorios, escuelas y viviendas; y en segundo término las demás instituciones y empresas».
De paso, el director de Aguas Negras responde que los 11 casos revelados aquí el 5 de septiembre pasado, bajo el título: «Fosas, albañales, paciencia...», no corresponden al servicio de esa entidad.
Agradezco a Raúl la información y aclaración en cuanto al alcance de sus servicios. Ese es también un servicio al ciudadano, para evitarle gestiones equivocadas.