Acuse de recibo
No tiene nombre lo de los nombres, cuando no coinciden con los documentos oficiales, e invalidan a los ciudadanos. Felizmente hoy traigo respuestas que esclarecen enredos con la identificación, reflejados aquí.
La primera la envía Ana Audivert, directora de Información y Divulgación Jurídica del Ministerio de Justicia (MINJUS), quien aclara el caso de la señora Mirtha Rosa Pablos, abordado en esta sección el pasado 4 de febrero.
Mirtha Rosa, quien reside en Calzada de Diez de Octubre 664, apartamento 8, Santos Suárez, en La Habana, perdió su identificación, y cuando fue a las oficinas del Carné de Identidad, le informaron que no podían hacerle uno nuevo, porque no aparecía su inscripción de nacimiento.
Ella solicitó copia de su inscripción en Pilón, Granma, donde nació, y le comunicaron que no aparecía en el Libro de Registros de Nacimientos. Con el documento Negativa de Inscripción, enviado desde Pilón, ella fue al Registro Civil de Juan Delgado y Espadero, y allí le dijeron que no podían inscribirla, porque debía llevar como testigos a dos personas que tengan 21 años más que ella. La señora tiene 77 años, y ya no le quedaban testigos... Seguía sin carné de identidad.
Al respecto, revela Ana Audivert que el jefe de Registros Civiles de la Dirección Provincial de Justicia de Ciudad de La Habana visitó a Mirtha Rosa, y se procedió a reiniciar la búsqueda con los escasos datos que tenían a mano. Y detectaron que «los apellidos no eran los que la señora ofreció inicialmente para la realización del trámite, lo que hizo infructuosa la gestión del registrador...». La culpa fue de Mirtha Rosa.
Al fin se verificó que la señora sí había sido inscrita por su madre el 12 de noviembre de 1930 en el Tomo 6, Folio 259 del Registro Civil de Pilón. Y la nieta de Mirtha Rosa pudo recoger su certificación en el Registro Especial del MINJUS.
La segunda respuesta la envía el coronel Juan Manuel López, jefe de la Dirección de Identificación y Registros del Ministerio del Interior, a propósito de la queja vertida aquí el pasado 2 de junio, por Alfredo Vega Carballeira, de Santa Emilia 318, apartamento 2, entre San Julio y Durege, Santos Suárez, municipio capitalino de Diez de Octubre.
Alfredo señalaba que había ido a renovar su licencia de conducción en las oficinas correspondientes (Calzada de Luyanó y Villanueva), y luego de revisar sus documentos, cuando buscaron sus datos en la computadora, le comunicaron que su segundo apellido aparecía allí como Carballei. Y le sugirieron que fuera a las oficinas del Carnet de Identidad de su municipio para rectificar el asunto, pues es allí donde se encuentra la referida base de datos de la cual ellos se sirven.
En esta última dependencia lo atendieron y le comunicaron que el sistema que allí se aplicó no admitía nombres o apellidos con más de nueve caracteres. Y nada se podía hacer, le ratificaron. Le dieron un papel explicatorio para los de Licencia de Conducción. Y tampoco en estas últimas oficinas se podía hacer nada. La nueva licencia salió con el apellido mutilado, como está en la base de datos.
Aclara el coronel López Acevedo que «la deficiencia en la impresión del segundo apellido en dicho documento pudo haber sido evitada, aplicando los procedimientos establecidos y tomando datos a partir del carné de identidad del conductor y su licencia anterior, y se hubieran evitado las molestias a que fue injustamente sometido ese compañero».
Y agrega que «la solución a estas problemáticas, asociadas a limitaciones de la antigua técnica de computación, ya está en marcha, y la misma contempla todas las letras de nombres y apellidos».
E informa que a Vega Carballeira se le confeccionó nuevamente su documento, el cual le fue entregado en su domicilio por el Jefe del Departamento Nacional de Licencia de Conducción, quien le ofreció disculpas.