Acuse de recibo
Siempre que la respuesta institucional a una queja reflejada aquí, evidencie discrepancias de lo contado por el denunciante, esta columna no duda en reseñarla también. La única razón que nos mueve es la búsqueda de la verdad y la justicia, tenga quien tenga la razón.
Lo digo cuando traigo la respuesta de Wilfredo Mejías Cardero, director provincial de Trabajo y Seguridad Social de Santiago de Cuba, al reclamo de Yusimí Quesada Fajardo, trabajadora de la Sala de Hemodiálisis de Palma Soriano, y que fuera reseñada en esta sección el pasado 2 de enero de 2007.
Recordemos primero el antecedente: entonces, Yusimí refería que, como técnica de la Sala, su labor era la higienización de los equipos. E hizo una alergia a los productos químicos que usaba. Pasó por las comisiones médicas municipal y provincial, y en tal sentido, el jefe de Personal de la Dirección de Salud le ofreció la plaza de auxiliar de limpieza. Ella se resiste argumentando que esas labores le serían igualmente dañinas. Y el funcionario se comprometió a ofrecerle otra plaza el 22 de junio de 2006.
Yusimí argüía que, pasados varios meses, cuando se incorporó al centro, descubrió que habían otorgado su plaza y quedaba «en el aire». Reclamó al Sindicato y no tuvo respuesta.
Apeló al Órgano de Justicia Laboral de Base el 29 de noviembre de 2006, para reclamar el pago de todo el tiempo que estuvo en el peritaje. Al final, causó baja, y cuando fue a la Dirección de Salud a revisar su expediente laboral, aparecía un acta, con fecha 26 de junio de 2006, que decía que ella había solicitado la baja, y con su supuesta firma. Y ella aseguraba que nunca había hecho tal petición.
Hasta aquí, la versión dada por Yusimí.
Ahora, el director provincial de Trabajo y Seguridad Social en Santiago de Cuba, manifiesta que a raíz de lo publicado se celebró, el 20 de enero de 2007, una reunión en la Dirección de Salud de Palma Soriano, en la cual participaron representantes de la dirección del Partido, Salud Pública, la CTC, la Dirección Municipal de Trabajo y la propia trabajadora.
En ese encuentro se precisó que Yusimí era auxiliar de Diálisis y no técnico, como ella refería en su carta. Fue peritada y se le determinó cambio de puesto de trabajo.
En el análisis se precisó, refiere Mejías, que una vez conocida la decisión del cambio de puesto de trabajo, se le propuso a ella una plaza de auxiliar general en el policlínico Norte. La trabajadora manifestó que no iba a limpiar pisos y la entidad procedió a darle la baja, según se establece.
Luego Yusimí fue a la Dirección Municipal de Trabajo y se le ofreció una plaza como secretaria de sala en el Hospital Pediátrico, el 4 de octubre de 2006. Ella se incorporó a esa labor el 11 de octubre, y al día siguiente presentó certificado médico por una semana.
Por esos días se celebraban los carnavales de Palma Soriano, y Yusimí fue vista por una compañera de Recursos Humanos del hospital. Al día siguiente fue visitada en su casa para que se presentara en el centro y así esclarecer su situación. Yusimí no fue, y se dirigió a la Dirección Municipal de Salud para manifestar que no quería seguir laborando en Salud Pública.
«Se le demostró, precisa Mejías, que en su expediente no había ningún documento falsificado, sino que, sencillamente, se trataba del movimiento de nómina, y que el mismo estaba firmado por la técnica de Recursos Humanos».
Agrega el funcionario que «en el análisis quedó claro —y ella lo reconoció— que debió ser más explícita en la carta que envió al periódico; que se presentara a la Dirección de Trabajo para ofrecerle un nuevo empleo, y que con ella no se había cometido ninguna violación. Hasta el día de hoy no se ha presentado. Hoy mismo le indiqué al Director de Trabajo del municipio que la visitase en su casa y le llevara las ofertas de empleo».
Moraleja de esta historia: cuando se escribe a una sección como Acuse de Recibo, que a priori confía tanto en la veracidad y exactitud del ciudadano y se sensibiliza con su problema, hay que ser muy responsable en la narración de los sucesos. La precisión es respeto.