Acuse de recibo
«Cierta historia de maltrato e irrespeto». Así califiqué aquí el pasado 3 de diciembre la relatoría de Jesús Manuel López, vecino de Campanario 306, entre Neptuno y San Miguel, en el municipio capitalino de Centro Habana.
Entonces contaba Jesús Manuel que el 25 de noviembre pasado, previa reservación, su esposa y dos sobrinos se disponían a viajar a las 7 y 45 de la noche hasta Bayamo, en el tren Habana-Manzanillo.
Ese día, el remitente se presentó con los viajeros en la Estación Central de Ferrocarriles de la capital. En la taquilla se dispuso a rectificar los pasajes, con los asientos 8, 9, y 10 del coche 8. Luego de 25 minutos de empujones en la cola, accedió a la taquilla y entregó los pasajes. Le devolvieron ya chequeado el del asiento 8, y los otros dos se los retuvieron por 20 minutos. Luego de esperar bastante tiempo, al fin le comunicaron que los otros dos pasajes habían sido vendidos doblemente.
A las 7 y 25 le entregaron el correspondiente al asiento 9, que a partir de entonces sería el 62, y el del asiento 10, que sería el 53. Pero cuando llegaron al coche, resultó que los asientos 53 y 62 ya estaban ocupados. También habían sido vendidos dos veces.
Ya a esas alturas, la ferromoza del coche 6 le propuso que llevara a sus familiares para ese vagón. Todo resuelto...
Pero cuando Juan Manuel, ya tranquilo, se apeó del coche y fue hacia la terminal, había más de 40 pasajeros irritados porque sus pasajes habían sido vendidos doblemente.
Y, por ello, se decidió agregar un coche.
El asunto fue que, con todas las condiciones para salir en tiempo, aquel tren partió a las 12 de la noche, después de tantas molestias.
Al respecto, responde ahora Pedro Luis Ortega Llano, director de la Empresa Ferrocuba, quien aclara que, a raíz de lo publicado, se entrevistaron con el denunciante, para abundar en el asunto.
Precisa que la empresa Viajero, la comercializadora de dichos boletos, comprobó el error de la expendedora al confirmar los pasajes, por ilegibilidad en el número del coche que venía plasmado en los mismos.
Consigna, luego de excusarse con los dañados, que «se tomaron las medidas disciplinarias pertinentes para evitar que dichos errores se repitan...».
Aclara que el 25 de noviembre el coche 10 del tren Habana Manzanillo estaba asignado a un organismo, y así fue enviada esa información a la empresa comercializadora (Viajero), la cual no fue correctamente verificada. Y por ello fue que se tuvo que agregar un coche.
Plantea Pedro Luis que Ferrocuba decidió, para que no se repita tal situación, duplicar la información de las afectacciones por transportación, así como la entrega personal de la información tanto a la empresa que vende sus boletos como a las dependencias, y a la vez aplicar una medida disciplinaria al trabajador responsable del hecho.
Finalmente, Ferrocuba se disculpa con el denunciante y con los pasajeros, a los cuales se les causó demoras por todas esas irregularidades.
Agradezco la respuesta, y solo lamento que no precise qué medidas disciplinarias se tomaron con quienes generaron tantas molestias.