Un joven diseñó un ojo cibernético para «oír» los colores utilizando para ello un dispositivo implantado en su cerebro.
Neil Harbisson tiene una lesión que le impide ver los colores, llamada acromatopsia, la cual provoca que lo vea todo en blanco y negro.
El equipo, bautizado como «eyeborg», convierte cada color y cada matiz en una nota musical, mediante la cual posibilita la percepción del color con una experiencia sonora y no visual.