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Un nuevo modelo de predicción de tsunamis fue presentado por la Agencia Aeroespacial de Estados Unidos, NASA, el cual se basa en la medición combinada de datos regionales y globables de cientos de puntos GPS, estimando sus posiciones al segundo, con una capacidad de detección de movimiento de incluso unos pocos centímetros.
La precisión de la predicción basada en GPS se confirmó ya con el pasado terremoto en Chile, donde los especialistas determinaron que no habría un gran tsunami, lo cual se probó posteriormente midiendo la altura de la superficie del mar por satélite.
Los antiguos modelos previos de detección asumían que la fuerza del tsunami está determinada por la cantidad de fondo marino desplazado verticalmente, y calculaban la probabilidad de un tsunami teniendo en cuenta la magnitud, epicentro y características del fenómeno.
