Riquelme Odelín es uno de los principales lanzadores de los Toros Autor: Radio Cadena Agramonte Publicado: 08/07/2025 | 10:30 pm
Ayer comentábamos en estas páginas sobre la paridad que seguramente veremos en el terreno del estadio Latinoamericano, desde la arrancada este miércoles de la semifinal de occidente en el Campeonato Nacional de Béisbol sub-23 entre La Habana y Villa Clara.
Pero cuando observamos los contrincantes en el oriente y su recorrido durante el torneo, todo indica al mismo pronóstico reservado sin aventurarnos a dar un claro favorito en esa instancia, sobre todo, porque el nivel de los cuatro grandes de la justa reina casi al parejo.
Los conjuntos de Camagüey y Granma también tendrán en la postemporada una batalla fugaz de apenas tres duelos, a lo máximo, pues el primero que consiga dos victorias estará dando el golpe de gracia para discutir el título del torneo.
Ambos equipos venían jugando un «miniplayoff» en sus respectivos grupos con las últimas estocadas de la etapa clasificatoria. Y es que, tanto Toros como Alazanes, alcanzaron el boleto a la postemporada en peleadas subseries frente a sus rivales directos en cada agrupación, a los que apenas pudieron sacarles diferencias en la tabla.
El pase de los camagüeyanos en la llave C, por ejemplo, lo consiguieron in extremis. Terminaron con igual balance de ganados y perdidos (10-8) que los
Leñadores tuneros, pero la subserie particular entre ambos definió las cosas a favor de los Toros.
Mientras que los Alazanes vivieron un panorama similar al de sus actuales contrincantes en semifinales. Dentro del grupo D sintieron la respiración eufórica y cercana de los santiagueros, quienes se quedaron un juego por debajo de los muchachos granmenses.
Ahora ya todo eso es historia pasada y queda por delante un trecho muy corto que no admite patinazos ni deslices. Lo saben los dos semifinalistas del oriente, que buscarán a toda costa explotar sus mejores armas en este playoff.
El arsenal de los Toros está bien definido hacia el cuerpo de lanzadores. Ahí radica su mayor fortaleza. Los números durante la etapa regular no mienten y muestran a uno de los mejores staffs de picheo de la categoría. Los serpentineros de Camagüey trabajaron para apenas 2.07 de efectividad, y tuvieron el WHIP más bajo entre los 16 conjuntos: 1.21.
Sin embargo, no pueden presumir con igual contundencia del bateo, el cual no llegó a superar el promedio colectivo del torneo. Apenas .242 fue el average que registraron los bisoños Toros. Le falta poder a ese line up que se ha visto limitado con la ofensiva de largo alcance. Apenas dos vuelacercas acumularon en toda la clasificatoria.
Los Alazanes, en cambio, no muestran grandes estadísticas colectivas, incluso, ninguna figura entre lo más selecto de la justa. Han sido un equipo, eso sí, regular en su juego. Al bate acumularon un promedio de .267, mientras que los lanzadores trabajaron para 3.28 y su defensa fue de .966.