Rodney Pérez (en el centro) se refirió al recorrido del equipo cubano masculino por la Olimpiada de Budapest. Autor: Cortesía del entrevistado. Publicado: 28/09/2024 | 09:46 pm
Con una formación integrada por los Grandes Maestros Carlos Daniel Albornoz, Luis Ernesto Quesada, Omar Almeida, Isán Ortiz y Yasser Quesada, el equipo cubano masculino finalizó en un muy buen escaño 19 en la sección Open de la Olimpiada Mundial de ajedrez de Chennai, India, en 2022. Este año, con una nómina en la que repitieron Albornoz, Luis Ernesto y Omar y debutaron el habanero Dylan Isidro Berdayes y el villaclareño Elier Miranda, nuestro país intervino en la más reciente versión de este fortísimo certamen, desarrollado por primera vez en Budapest, capital de Hungría, donde no se pudo igualar ni superar el desempeño de hace dos años.
En la lid europea los discípulos del villaclareño Rodney Pérez iniciaron en el puesto 35 y después de las 11 rondas programadas concluyeron en el sitio 46, con 13 unidades —seis éxitos, un empate y cuatro reveses. Entre los puntos positivos a resaltar están la sonrisa ante Israel, el rendimiento de Elier en situaciones determinantes —adicionó ocho rayitas a su coeficiente Elo en vivo— y la victoria del camagüeyano Albornoz ante Alexei Shirov, primer tablero de España.
Sobre la actuación de la escuadra antillana varonil, Juventud Rebelde conversó, vía digital, con su capitán Rodney, quien, como siempre, respondió rápido y dispuesto, solo que esta vez de una forma diferente, a más de 33 000 pies de altura, en el vuelo de regreso a Cuba.
«No había sido un mal torneo, tampoco excelente como sucedió en la versión de Chennai, pero si ganábamos el último match contra Finlandia las sensaciones hubieran sido diferentes. Chocamos con cinco equipos superiores al nuestro y le ganamos a uno, e igualmente derrotamos a cinco de los seis elencos enfrentadosque, a priori, eran más débiles que el cubano. O sea, que el trabajo para un resultado entre bueno y aceptable se había hecho hasta ese último día que no se le ganó al plantel finés.
«Está claro que para haber terminado en una ubicación mejor había que haber hecho una hombrada como la realizada en Chennai, donde se le ganó a más de un conjunto extraclase (Hungría y Azerbaiyán y empates con fuertes colectivos como España y Ucrania), o haber tenido mejor suerte en los emparejamientos de las rondas antepenúltima y penúltima, cuando nos tocó, de forma continua, medirnos a Serbia y a Azerbaiyán, que tienen equipos muy sólidos y parejos en todos sus tableros. En estas rondas se decide la Olimpiada, en las dos o tres últimas siempre se deciden los torneos suizos.
«En la edición de la India, luego de empezar a todo tren, no estuvimos bien en los duelos del siete al nueve, con resultados negativos de forma general, pero luego en el penúltimo y último nos tocó con rivales asequibles (Portugal y Canadá) y supimos cumplir con éxitos esos dos últimos matches, que fueron los que nos catapultaron al resultado decisivo.
«En Budapest, en la octava ronda, teníamos seis victorias, dos derrotas y 12 puntos, casi los mismos puntos (13) que en Chennai en la última fecha, o sea, con dos rondas menos en Hungría. Sin embargo, nos tocaron huesos muy duros en la novena y décima jornada y para colmo de males no pudimos ganar en el último día. De Omar Almeida haber triunfado en ese último compromiso del duelo contra Finlandia, pues el resultado final y nuestras sensaciones hubieran sido muy distintas en un torneo que cada vez es y será mucho más fuerte, con más países participando y con niños y jóvenes luciendo sobremanera», declaró Pérez.