Si el otrora estelar pelotero pinareño Luis Giraldo Casanova Castillo leyó el trabajo que publicamos en la edición del pasado martes 17 de septiembre sobre las tres triples coronas que conquistó en su trayectoria el santiaguero Orestes Kindelán Olivares, tal vez pensó: «Caramba, se olvidaron de la mía».
Pues no, es imposible abordar ese tema y pasar por alto la lograda por el vueltabajero en la 5ta. Copa Intercontinental en Edmonton, Canadá, en 1981.
El Señor Pelotero, como lo llamaba el genial narrador y comentarista deportivo Bobby Salamanca, disertó aluminio en manos en el choque de cierre de la fase clasificatoria de ese torneo, en el que Cuba noqueó en siete entradas a Estados Unidos, 14 carreras a tres.
De esta manera, el conjunto dirigido por Servio Tulio Borges Suárez, terminó en el lugar cimero con cinco triunfos y dos descalabros, seguido de Estados Unidos, Corea del Sur y República Dominicana.
Ese día, ubicado como tercer bate y jardinero central del elenco de la Mayor de las Antillas, Casanova fue el principal colaborador en la victoria de su comprovinciano Julio Romero Socarrás, al lograr una noche casi perfecta: de 5-4, dos jonrones y ocho impulsadas. Así aseguró la triple corona con 517 de average, seis cuadrangulares y 19 impulsadas, casilleros a los que sumó los lideratos en anotadas, 12, e imparables, 15.
Lamentablemente el deseo del mítico toletero no pudo cumplirse. Después de doblegar fácil a Corea del Sur en semifinales, Cuba cayó ante Estados Unidos en la discusión de la Copa.
Cuba en definitiva quedó en segundo lugar y hubo que esperar dos años más, hasta Bélgica 1983, para que el anhelo de Casanova se cumpliera.
Mucho antes que Kindelán y Casanova entraron en la historia con sus brillantes desempeños, René Candelario González, quien integró el equipo Almendares, con el cual intervino en las Series del Caribe, hizo carrera en México, donde conquistó tres títulos de bateo y en 1952 con el traje de los Sultanes de Monterrey se llevó la triple corona con 370 de average, 21 jonrones y 84 impulsadas.
Curiosamente René Candelario estuvo entre los fundadores de la afamada Orquesta Aragón, el 30 de septiembre de 1939, en la que tocaba el segundo violín, pero poco tiempo después decidió abandonar la agrupación para dedicarse al béisbol profesional.
Muy recordado también para los que peinamos canas fue el desempeño de Antonio Muñoz Hernández en el 2do. Meteoro de la Confraternidad, en 1987. El Gigante del Escambray había sido excluido de la preselección nacional a los 10mos. Juegos Panamericanos de Indianápolis y luego lo llamaron a las filas del conjunto nacional que intervino en la justa desarrollada en República Dominicana.
Allí no abrió como regular en el choque inicial contra Taipéi de China, después entró a la defensa del primer cojín por el difunto Alejo O´Reilly Morejón, despachó un palo de vuelta completa y culminó el certamen agenciándose la triple corona con astronómico average de 714 (14-10), máximo jonronero, tres y 14 remolques.
En 1985, el matancero Lázaro Junco Nenínger fue profeta en su tierra y resultó la atracción de la 3ra. Copa José Antonio Huelga escenificada en la Atenas de Cuba, con 483 de average, siete despedidas a Lola y 11 corredores fletados hacia la goma.
Otro que se adjudicó una triple corona fue Luis Álvarez Estrada con el plantel de Industriales que se coronó en el 2do. Campeonato de Clubes Campeones de Béisbol, efectuado en México, en 1992. Estos no son, por supuesto, los únicos hombres de nuestro béisbol que han disfrutado la alegría de encabezar los importantes renglones de average, jonrones e impulsadas en una misma lid, pero al menos desempolvamos nombres de algunos de los peloteros que rubricaron esa hazaña tan difícil en el deporte de las bolas y los strikes.