Muñoz es autor de uno de los jonrones más recordados del béisbol cubano en la arena internacional. Autor: Tomada del Periódico Vanguardia Publicado: 03/09/2024 | 09:33 pm
Antonio Nicolás Muñoz Hernández, el mítico Gigante del Escambray, disparó 26 jonrones en su brillante trayectoria por las series mundiales de Béisbol (después conocidas como copas del Mundo hasta su desaparición en 2011), pero ninguno es tan recordado como aquel que conectó el 4 de septiembre de 1980 —hace 44 años— frente al derecho Yukio Takemoto en el séptimo episodio, el cual sirvió para decidir el encuentro contra Japón, 1 carrera a 0, y así proporcionarle a la Mayor de las Antillas su cetro número 16 en justas del orbe, en la 27ma. versión, escenificada precisamente en la llamada Tierra del sol naciente.
Tras esa victoria, que aseguró el título para los criollos, los dirigidos por Servio Tulio Borges Suárez doblegaron, al día siguiente, en la jornada de clausura a Estados Unidos, 5 a 4, para finalizar invictos en 11 salidas al terreno.
«Recuerdo que había estudiado en un video tape la forma de lanzar de Yukio Takemoto, y dije: “me voy a preparar para la recta”. El tirador nipón realizó el movimiento, moví el bate con fuerza, y vi cómo la pelota caía en las gradas del right», me comentó en una ocasión el destacado inicialista, oriundo de Algaba, pequeño lugar enclavado en Condado, poblado perteneciente en la actualidad al municipio espirituano de Trinidad.
Resulta llamativo que la dirección técnica de Japón sustituyera en el séptimo al zurdo Hasabe por el derecho Takemoto, sabiendo que el primer hombre a la ofensiva por Cuba en ese inning sería precisamente un zurdo, el peligrosísimo Antonio Muñoz.
Después del partido el mentor nipón Toshihiro Ishi expuso sus razones: «Muñoz tiene cuatro jonrones frente a lanzadores zurdos. Entonces, nosotros desestimamos esa posibilidad y nos limitamos a cumplir el plan elaborado. Por eso trajimos a Takemoto, tal como estaba previsto, y perdimos por un golpe. En mi opinión personal, yo creo que el pícher de Japón no perdió el juego, fueron nuestros bateadores los que no proporcionaron carrera, y en el béisbol hay que hacerlas».
Braudilio Vinent, el Meteoro de la Maya, ganador del crucial choque, contó para el libro de mi autoría, El Gigante del Escambray: «Allá en Japón, el mánager Servio Borges dio una reunión previa al encuentro con los locales. Yo dije que me hicieran una sola carrera, que con ella ganaba el juego. En el séptimo Muñoz dio jonrón y me dijo ahí: tienes la carrera que querías, y yo le contesté: bueno, si ya tengo la carrera, tengo la victoria».
En opinión del avezado entrenador Pedrito Pérez Delgado, fallecido a los 86 años de edad en diciembre de 2022, quien durante muchos años formó parte del colectivo técnico cubano en las principales confrontaciones internacionales, este bambinazo se clasifica entre las conexiones antológicas de nuestros peloteros en certámenes foráneos, comparable con el jonronazo de Agustín Marquetti que dejó al campo a Estados Unidos en Nicaragua, en 1972, y el estacazo de Lourdes Gourriel que sirvió para empatar el choque frente a los propios norteamericanos en Parma, en 1988.