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Del dolor a la fe

En Taskent tuvo una grave lesión que la obligó, inicialmente, a poner pausa a la preparación, y más tarde le enterró su deseo de estar en la magna cita multideportiva

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Idelannis Goméz le entró al 2024 con todas las ambiciones que se pueden tener después de vencer en la final a la boricua María Pérez, subcampeona mundial en 2017, resultado que la catapultó a la cima de los Juegos Panamericanos de Chile, en noviembre pasado. En enero, como parte del equipo femenino cubano de judo, viajó a París, donde realizaría una larga base de entrenamiento, a la vez que participaría en fuertes certámenes en Europa que le permitirían sumar puntos para el ranking olímpico. Claro está, el propósito no era otro que clasificar a sus primeros Juegos Olímpicos.

De entrada, ese objetivo parecía realizable. Sin embargo, en poco tiempo la búsqueda de un sueño deportivo terminó en una suerte de pesadilla. Compitió en febrero en el Grand Slam de París y perdió en su primer combate y luego intervino en marzo en otra lid de idéntica categoría, en Taskent, Uzbekistán, e igualmente fracasó en su presentación inicial. En Taskent tuvo una grave lesión que la obligó, inicialmente, a poner pausa a la preparación, y más tarde le enterró su deseo de estar en la magna cita multideportiva.

«De mi primer enfrentamiento salí lesionada del ligamento colateral medial de una de mis rodillas. Permanecí un tiempo en Europa, pero regresé a Cuba el 17 de marzo para ser intervenida quirúrgicamente en el hospital Frank País, de La Habana. Después me trasladé para mi casa, en Guantánamo, y allí cumplí con el reposo. La recuperación marcha bastante bien, puedo caminar, pienso que dentro de algunos meses pueda estar de nuevo en los tatamis.

«Soy cristiana, tengo mucha fe, y entonces creo que todo lo que pasa, ocurre por un motivo. Seguramente vendrán cosas mejores. Por esa razón no tengo frustración al no poder estar en los Juegos Olímpicos de París. Me mantengo positiva ante esta situación», dijo a Juventud Rebelde.

Aunque la atleta de 22 años no acudirá a la justa parisina, todas sus energías y buenas vibras acompañarán a su esposo, el cienfueguero Saidel Horta, uno de los cinco boxeadores cubanos que concursarán en la llamada Ciudad de la Luz. Saidel es un pilar esencial en mi vida y en mi carrera deportiva y el apoyo no le faltará de mi parte en su estreno olímpico, aseguró Gómez.

La exponente de los 70 kilogramos, antes de concluir la conversación, recordó su título en los Juegos Panamericanos de Chile, donde le tenían pronosticado un quinto puesto o una medalla de bronce. Afirmó que esa corona, junto al tercer lugar obtenido en el Campeonato Mundial juvenil de Ecuador, en 2022, son las mayores alegrías en su trayectoria.

«Me esforcé bastante en la preparación para los Juegos, al igual que para cumplir el peso. Por esas razones no podía regresar a mi país con una medalla de otro color. El combate por el oro fue muy difícil, la puertorriqueña es una rival fuerte, experimentada y medallista mundial. La primera vez que la enfrenté
perdí en cuestiones de segundos, pero en Chile fue diferente. El solo hecho de llegar a la regla de oro ante una contraria de tanta calidad me hizo ver un progreso en mi técnica y en mis niveles de fuerza. Cuando dijeron el veredicto, que supe que era campeona, fue espectacular», declaró.

 

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