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En la Asobal, ¿por un corrido muy mentado?

Reincorporado al máximo certamen de liga español, el balonmanista cubano Ángel Jesús Rivero Noris piensa retornar a nuestra selección

 

Autor:

Nelson Rodríguez Roque

Ángel Jesús Rivero Noris, internacional cubano, disfrutaba del gol 400 000 (de manera general) en la historia de la Liga Asobal de balonmano, que marcó en 2022, conservaba la cinta de capitán en la absoluta de la Isla y participaba en la final de Copa del Rey 2023, hasta que tuvo que operarse una rodilla, ya que le cayó un jugador encima en mayo pasado, jugando el primer partido contra el Cangas.
Así que vio desde la recuperación cómo, entre ocho planteles, el suyo acabó segundo y pudo insertarse en una lid europea.

Iba convirtiéndose en un consentido de la afición del BM Logroño La Rioja, y se imaginaba en San Salvador y Santiago de Chile, con la escuadra patria: «Estuve nueve meses fuera de las canchas, por eso no participé en los Juegos Centroamericanos y del Caribe ni en los Panamericanos. Hasta la última justa en que tomé parte, fui el capitán cubano. Ya en febrero pasado, a mediados, me reincorporé, de nuevo como lateral derecho y en la segunda campaña con el actual club».

No hay nada confirmado todavía sobre su participación en el Campeonato Norteamericano y del Caribe Senior, del 6 al 12 de mayo en México, pues la convocatoria cubana falta por darse a conocer.

En torno a esto, manifiesta el holguinero de 31 años de edad —campeón con aquel dominante elenco en los Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018—, que «tengo partido muy justo acá, que casi coincide con
el inicio de la competición del seleccionado. El torneo mexicano empieza un lunes y juego domingo en España. De ser convocado, me perdería el primer encuentro y no sé si el segundo, aunque sí quiero volver a representar a Cuba y aportar para clasificar al próximo Mundial, en 2025 en Croacia, Dinamarca y Noruega».

—¿Cómo ha sido el regreso, después de tantos meses alejado de la acción diaria?

—Gracias a Dios, estoy bastante bien, en mi séptima temporada en Asobal y contento con la vuelta, porque además el club lucha por la tercera posición. Casi acaba la liga y vamos cuartos, a un solo punto del Granollers. El objetivo es tratar de competir en Europa. Tenemos buena dinámica y llevamos seis victorias seguidas.

«Jugar acá ante elencos como el Barça (acaba de titularse por 31 ocasión) es un lujo. Ellos estuvieron sobrados, son uno de los mejores conjuntos del mundo y muchos jugadores importantes quieren enfrentárseles, además, el público persigue sus presentaciones».

—Se habla del descenso de la Asobal en calidad, con el paso de los años. ¿Es tan aguda esa disminución? 

—En todas las salas se disfruta. Claro, siempre suele haber algunas que resaltan más por su ambiente. En Logroño, la afición es de calificación 10, apoyándonos en cada partido y
haciendo lo posible por trasladarse cerca, para seguirnos fuera de casa.

«España ahora, por el tema económico, ha descendido entre las mejores ligas europeas; sin embargo, mantiene muy buen balonmano. El año pasado, en la final de la EHF European League, el que estuvo luchando con un equipo alemán, con mucho presupuesto como los de ese país, fue uno de acá».

—El balonmano masculino cubano se hace representar por varios exponentes en el Viejo Continente, mas como selección todavía es inestable…

—Cada vez hay más jugadores nuestros jugando fuera y eso es bueno. Pero para que sea mejor todo tendríamos que reunirnos más, algo complicado por los recursos económicos. Sí mantengo comunicación con el colectivo técnico y estoy al tanto de los resultados del equipo, que va ubicándose en una buena situación y eso lo demostró en el Mundial de Naciones Emergentes del año pasado, en el cual se tituló.

«Hay muchos parones internacionalmente en el calendario y todas las selecciones se agrupan para entrenar o efectuar amistosos. Cuba no tiene esa posibilidad y ahí vamos un paso por detrás. Sería ideal juntarnos, porque es lo que ellos hacen y es la forma de darle rodaje a la selección, de conocerse los jugadores, y adaptarnos a estilos y características.

«Es difícil llegar a una competencia y jugar sin haber entrenado juntos. Por mucho que permanezcamos en Europa, hay que tener concentraciones. En España, me encuentro como rivales a mis compatriotas Dariel García, en Bidasoa, y los hermanos Cordiés (Frank y Samuel) en el Huesca».

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