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París 1900, la olimpiada del desorden

A juzgar por los especialistas, se consideran los peor organizados de la historia. Asistieron 997 atletas (975 hombres y 22 mujeres) de 24 países, que compitieron en 95 eventos de 19 deportes olímpicos en un calendario interminable, cuya duración se extendió por más de cinco meses e incluyó pruebas exóticas como el salto de la rana, pesca con caña y carreras de sacos

Autor:

Juan Morales Agüero

La Ciudad Luz devino anfitriona de los primeros Juegos Olímpicos del siglo XX, los cuales coincidieron con la Exposición Universal. A juzgar por los especialistas, se consideran los peor organizados de la historia. Asistieron 997 atletas (975 hombres y 22 mujeres) de 24 países, que compitieron en 95 eventos de 19 deportes olímpicos en un calendario interminable, cuya duración se extendió por más de cinco meses e incluyó pruebas exóticas como el salto de la rana, pesca con caña y carreras de sacos.

En París debutaron las mujeres, y la tenista inglesa Charlotte Cooper devino la primera titular olímpica de la historia. Cuba tuvo en Ramón Fonst a su único representante, quien, con solo 16 años de edad, obtuvo oro y plata en esgrima. Un niño holandés de ocho años intervino como timonel en un bote de remo. La estrella de los Juegos fue Alvin Kraenzlein, de Estados Unidos, vencedor en 60 metros planos, 110 con vallas, 200 con vallas y salto de longitud. Constantin Henríquez, del equipo de rugby de Francia, se convirtió en el primer atleta negro en ganar una medalla de oro olímpica. La calidad de las instalaciones deportivas dejó mucho que desear. Ante la carencia de piscinas, los nadadores y los polistas debieron dirimir sus disciplinas en las sucias aguas del río Sena.

En el atletismo se corrió en una pista de hierba de 500 metros y salpicada de baches. En tanto, la jabalina y el disco tuvieron como escenario un área con árboles, por lo cual los implementos se clavaban en los troncos o se perdían en los follajes. El desorden provocó que un grupo de maratonistas se extraviara en las calles de París. Los ganadores no recibieron medallas, sino objetos como reproducciones de la Torre Eiffel, bastones de bambú o pares de guantes. Francia, país de donde procedían más de la mitad de los atletas, dominó el medallero, por delante de Estados Unidos y del Reino Unido. No hubo ceremonia de apertura ni de clausura. Coubertín dijo al clausurar la competición: «Ha sido un milagro que el movimiento olímpico haya sobrevivido a estos Juegos».

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