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El GM villaclareño Elier Miranda desea integrar el equipo olímpico cubano Autor: Periódico Ahora Publicado: 25/03/2023 | 07:54 pm
Algo bien curioso ocurrió este año en las finales de los Campeonatos Nacionales de ajedrez en uno y otro sexo. Aunque ambas justas vieron coronarse a nuevos monarcas, las diademas se quedaron en las mismas provincias que descansan desde 2022. En el concurso femenino la santiaguera Yaniela Forgas no pudo repetir su actuación de la edición precedente y le entregó el título a su comprovinciana Oleiny Linares, y días antes el villaclareño Yasser Quesada, que no intervino en la competición, trasladó el cetro hacia Caibarién, donde reside el vigente campeón masculino de la isla, Elier Miranda.
El primer lugar de Miranda, visto desde un prisma individual, constituyó el mejor rendimiento del Gran Maestro de 30 años, y de ello hablaremos en breve. Pero visto desde una perspectiva genérica, refrendó lo que muchos seguidores del ajedrez en Cuba promueven con toneladas de razones: Villa Clara es una legítima potencia en este deporte. No solo en estos tiempos, pues su poderío recorre varias décadas atrás.
Con la primera plaza de Miranda, la central provincia exhibe 15 cetros en certámenes domésticos para los hombres, repartidos en siete trebejistas, de acuerdo a datos publicados por el especialista Osmani Pedraza.
El titular más reciente conversó con Juventud Rebelde y dijo que es un enorme orgullo pertenecer a esa lista, en la que aparecen tremendos jugadores como el desaparecido Guillermo García y Jesús Nogueiras, de los cuales se ha inspirado. También están los hermanos Yasser y Yuniesky Quesada, sus amigos desde hace muchos años.
«Creo que la clave del éxito para que Villa Clara sea hoy una potencia en el ajedrez está en los entrenadores. Desde que estoy en este deporte siempre he visto muy buenos preparadores. Yo tuve a un Román Lugones, en mi municipio, del que aprendí muchísimo. En Santa Clara es justo hablar de Osmani Pedraza o Erick Fernández. Mencionar a Miriam Martínez, para mí la mejor comisionada de la historia, siempre apoyando a cada atleta. O sea, hay un trabajo serio detrás de esos grandes resultados, algo que se extiende a todas las categorías», consideró.
De vuelta a la corona obtenida por el caibarienense en Holguín, se la colocó después de sumar ocho unidades y aventajar por medio punto a sus más cercanos perseguidores, el santiaguero Lelys Martínez, el agramontino Carlos Daniel Albornoz y el avileño Luis Ernesto Quesada. Su itinerario lo dejó con seis éxitos, cuatro empates y un solitario fracaso contra el subcampeón Martínez, en la segunda ronda, performance que le aportó 26 rayitas a su coeficiente Elo en vivo.
Él reconoció que no estaba entre los favoritos para dominar la final nacional, condición que cargaban los miembros del último equipo olímpico, pero tuvo la sensación de que sería un evento muy cerrado, pues casi todos los concursantes tenían posibilidades de luchar por la primera plaza. El villaclareño cada vez que se involucra en un torneo aspira a ubicarse en el mejor puesto posible y en el celebrado en territorio holguinero lo mantuvo, pero centrado más bien en sacar su juego más inteligente en cada partida, y si se daban las circunstancias, como ocurrió, combatir directamente por el cetro.
Comenzó con triunfo sobre su coterráneo Jerzy Jesús Pérez y en el siguiente compromiso cedió ante Lelys, fracaso que apenas lo afectó porque él tenía claro que en una lid con ocho Grandes Maestros, un revés podía suceder en cualquier momento.
Su próximo objetivo fue recomponerse y lo logró a través de cuatro armisticios e igual cantidad de sonrisas antes del duelo del adiós, frente al habanero Omar Almeida, al que debía vencer para contar con grandes posibilidades de iniciar su primer reinado absoluto. Admitió que fue una partida tensa, pero la jugó de forma sólida y con cierta tranquilidad, estrategia que le aconsejaron entrenadores cuando se tratara de un match decisivo, y así celebró la victoria sobre Almeida y la materialización de otro sueño.
Aunque doblegar a Omar, un ajedrecista fuerte, experimentado, con presencia en algunos conjuntos olímpicos y acostumbrado a participar en finales nacionales, lo situó definitivamente en la cima, fue el choque ante el holguinero Isán Ortiz el que él consideró clave en su título. Explicó que estuvo mal, con desventaja durante la mayoría del tiempo, pero una imprecisión de Ortiz le ayudó a dirigir su suerte por el camino de la igualada. Después de eso entendió que tenía chances de liderar el evento, tras salir ileso del cotejo más crítico y difícil que vivió.
El criterio de Elier coincide con el de varios especialistas cuando aseguró que la pasada edición clasifica entre las más reñidas de los últimos tiempos. Como botones de muestra puso que existieron alrededor de seis jugadores con la misma puntuación en la cúspide, a falta de tres o cuatro rondas para el cierre, y el alto porcentaje de decisiones.
En una parte de la conversación surgió el nombre de su padre, Eduardo Miranda, fallecido en 2018. Confesó que tras confirmarse su título, la única persona que le vino a la mente fue su progenitor. Muchos recuerdos con él aparecieron. Fue un hombre que lo apoyó y lo siguió en numerosos torneos en el país. A la memoria de Eduardo le dedicó completamente el desempeño más grande de su trayectoria, y confía que donde quiera que se encuentre, está súper contento y orgulloso de su hijo.
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El integrante de la preselección antillana, monarca a nivel nacional también en dos Juegos Pioneriles, un Escolar y dos Campeonatos juveniles, considera a México como un país muy especial en su vida. En lo deportivo ha influido de manera muy favorable en su progreso, al brindarle la posibilidad de participar en no pocos certámenes y ganar en algunos, mientras en el plano más personal le regaló la oportunidad de conocer a su esposa Giovanna. Por esos motivos pasa una temporada aquí y otra allá cada año.
En la nación azteca disputó su primera competición en el extranjero, durante una versión del prestigioso Internacional Carlos Torre Repetto in memoriam. En ese entonces archivó siete puntos de nueve posibles, concluyó en los primeros lugares y certificó su segunda norma de Gran Maestro.
«Para mí este torneo, en Mérida, cada diciembre, tiene una gran importancia. Además de lograr mi segunda norma, allí llegué por primera vez a los 2500 puntos de Elo, que me posibilitó completar el título de Gran Maestro. Esa edición la jugué con 2499, solamente me faltaba una unidad, pero la presión de conseguir una meta muy importante siempre estuvo presente.
«Año tras año trato de jugarlo, me siento muy bien en esa ciudad, existen buenas condiciones y una agradable atención con los atletas. Generalmente he tenido actuaciones positivas, pero en 2022 fue la única ocasión que perdí puntos del Elo, no me fue como esperaba en las últimas rondas», expresó.
Como él explicó, fue en México donde cumplió el último requisito para convertirse en Gran Maestro, lo que considera el mayor sueño de todo ajedrecista, pues desde que se comienza a jugar esa ambición persiste.
En su caso, cuando lo alcanzó sintió una suerte de alivio, ya que en cada lid sufría la presión de obtener los puntos restantes para arribar o superar la cifra de 2500. Con el título, paulatinamente van llegando mejores oportunidades en cuanto a competiciones y aparecen más invitaciones de organizadores, añadió Miranda.
Elier afirmó que ha logrado varias metas desde que empezó su trayectoria deportiva, la más reciente el cetro nacional, y agradeció que el ajedrez sea una disciplina que guarda relación con la longevidad, lo que contribuye a que pueda concretar otras pretensiones, como mejorar su Elo, hoy en 2517, y perfeccionar su juego. No obstante, la ilusión a corto plazo que más lo invade es adueñarse de una plaza en el equipo olímpico de Cuba. Veremos si el año próximo representa a nuestro país en la versión de Budapest, Hungría.
