Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Doce mujeres en pugna

El equipo nacional de boxeo femenino entrena desde hace unos meses en La Habana con el objetivo de enfrentar los primeros retos de su joven existencia

Autores:

Enio Echezábal Acosta
Lianet Escobar Hernández

La Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (Esfaar) Giraldo Córdova Cardín, ya no es igual que antes. Desde inicios de diciembre pasado, el boxeo femenino se convirtió en disciplina oficial en Cuba y a partir de ese momento los rings del gimnasio localizado en el frente del Estadio Panamericano cuenta con un nuevo grupo de atletas que se esfuerzan diariamente con la intención de ganarse el derecho a tocar la gloria en representación de su país.

Fueron 12 las elegidas para integrar la selección. Algunas provienen de otros deportes, mientras que otras prefirieron el pugilismo desde el principio para hacerse una carrera deportiva. Recientemente, Juventud Rebelde asistió a una de sus sesiones de preparación y conversó con las futuras campeonas, así como con el colectivo de entrenadores que trabaja intensamente para sacar lo mejor de ellas.

Ellas hablan

Laritza León Mesa es una de las representantes de los 75 kg y proviene de Villa Clara. Se inició en el taekwondo desde niña y llegó a la preselección nacional. Sin embargo, en 2022 causó baja y optó por cambiar ligeramente el rumbo hacia el cuadrilátero mientras continuaba sus estudios universitarios.

Cuando le planteó a sus padres que continuaría su carrera deportiva en el boxeo, el apoyo fue absoluto, igual que en cada uno de sus anteriores proyectos.

«Es un deporte que me gusta mucho, pero en Cuba se demoró bastante para aceptar a las mujeres. De eso no haber sido así, tal vez mi primera opción hubiese sido el boxeo. La mujer ha demostrado que se puede superar en cualquier actividad, no solo deportiva, todo pasa porque te enfoques en un propósito. Aquí nos cuidan mucho y la verdad que no tengo ninguna preocupación cuando peleo, pues tengo todos mis protectores, incluido el de los senos, que es una de las cosas que más inquieta a la gente», comentó Laritza.

Además, León Mesa ponderó el trabajo de sus entrenadores, sobre todo desde el punto de vista de la motivación y la paciencia diaria, para lograr que ella y sus compañeras progresen sobre el ring.

«Algunas comenzamos casi desde cero, lo único que dominábamos más o menos eran los desplazamientos. Me ayudan mucho en el aprendizaje de las nuevas técnicas, en las repeticiones… y el rigor de la preparación es más fuerte si lo comparamos con el taekwondo. De hecho, debemos despertarnos más temprano para iniciar las rutinas de entrenamiento. Pero yo lo veo como un excelente ejercicio de superación, eso ocurre cuando te gusta lo que haces.

«Si algo debemos tener nosotras muy claro es que no podemos parar de entrenar, porque el boxeo femenino se aprobó en Cuba hace muy poco, pero a nivel mundial existe desde hace bastante tiempo, con numerosas competiciones internacionales», concluyó la villaclareña.

Karen Cantillo Portilla (57 kg), tiene 25 años y es oriunda del municipio capitalino de La Habana del Este. Antes de entrar al equipo nacional nunca había practicado deportes de forma oficial.

«Empecé a entrenar como un pasatiempo, hace un año. En mi gimnasio se comentó que iban a aprobar el boxeo femenino y me presenté al concentrado cuando comenzó. Me eligieron para formar el equipo y desde entonces estoy aquí», comentó.

«En mi familia se sintieron orgullosos por mi entrada al equipo. Además de que yo entrenaba, también mi pareja y mis dos primos son boxeadores y eso hizo que en mi casa todos lo asimilaran de la mejor manera posible».

Arianne Imbert Lamont (66 kg) fue matrícula de esta escuela hace cuatro años, cuando llegó como atleta de taekwondo e incluso integró el equipo nacional. Luego de que sus resultados fueran insuficientes, fue dada de baja, regresó en busca de otra oportunidad, pero esta vez no usó sus piernas sino sus puños para ganarla.

Las integrantes de la selección se preparan para debutar oficialmente en los próximos Juegos del ALBA.

«En la EIDE de Guantánamo hacía boxeo con el profe Walfrido para bajar de peso y ya tenía algunos conceptos aprendidos. Tras mi tiempo en el taekwondo, tuve que irlo “borrando” para incorporar lo nuevo. Hasta ahora, lo más complicado para mí es la postura, pues debo tener los brazos arriba todo el tiempo. Por otra parte, me resulta menos complicado el tema de los desplazamientos, que hasta cierto punto son similares».

También del Guaso es Reinabell Grant Ribeaux, de 27 años (50 kg), una de las pugilistas que ya sabe lo que es pugnar en un deporte de combate. La experiencia se la dio igualmente el taekwondo, disciplina que comenzó a practicar a los 14 años y de la que tuvo que despedirse tras sufrir una lesión en la rodilla.

En el taekwondo, la muchacha solo alcanzó una medalla de bronce en un torneo nacional en los 53 kilogramos, por lo que ahora, el boxeo se le presenta como una nueva oportunidad para llegar a formar parte de la élite como atleta, pero en la división de 48 kilos. 

«Estando convaleciente de mi lesión comenzó a circular la información de que se iba a
empezar la práctica del boxeo femenino y como desde chiquita siempre me han gustado los deportes de combate, vi una luz», nos comentó esta chica que enguantó sus manos por primera vez en 2016.

«Al equipo nacional llego como seleccionada después del concentrado que se realizara en diciembre pasado. Protagonicé la primera pelea del cartel y aunque perdí ese pleito, a los entrenadores les gustó mi manera de boxear, vieron condiciones en mí y por eso estoy aquí», agrega Grant Ribeaux, al tiempo que aprovechó para agradecer por la ayuda de los varones miembros del equipo nacional juvenil y escolar, que entrena junto a las 12 pugilistas del conjunto femenino.

«Aquí aportan todos, porque debemos mejorar la técnica. Para mí en lo personal lo más difícil hasta ahora ha sido aprender a tirar los ganchos, aunque ya esa habilidad la tengo dominada, sin embargo, mi fortaleza está en mi golpe recto de derecha», manifiesta la representante del territorio más oriental de Cuba, quien apunta alto en sus aspiraciones y afirma que quiere atesorar todos los títulos de la Federación Internacional de su deporte.

Cinco años atrás, Yoana Rodríguez Castillo, madre capitalina de 32 años, fue atleta del lanzamiento del disco de la Cardín y allí descubrió la pasión por el boxeo que le legó su padre, quien lo practicó en el pasado. Más adelante, en el gimnasio Rafael Trejo de La Habana Vieja, comenzó a practicarlo, hasta que llegó la gran oportunidad.

«Quedaron muchas en el camino, como mi entrenadora Namibia Flores Rodríguez, quien ya tiene 43 años y no pudo nunca competir por Cuba. También hubo otras que retrasaron muchos sueños, como el de una familia, para esperar a ver si se daba, y también se les pasó el tiempo», contó Yoana.

«Una vez en la selección, todo fue un poco difícil por varias razones, principalmente porque nunca había hecho algo así. Sin embargo, tenía tantas ganas de hacerlo que le puse todo. Mis padres, hermanos y hasta mi hija pequeña me apoyaron totalmente», contó a JR la atleta.

Cada jornada, Rodríguez Cantillo madruga junto a sus compañeras y se enfrenta a dos sesiones de entrenamiento que agotarían a cualquiera con solo imaginarlas. Todas han creado un grupo que poco a poco va avanzando con solidez.

«Siempre habrá gente que te trate de desmotivar y te diga que el boxeo puede ponerte ruda, que los golpes te van a desfigurar, pero son cosas que se dicen principalmente desde el desconocimiento. No obstante, quiero demostrarles a todos y a mí misma que sí se puede, que sí podemos, en cualquier cosa que uno se proponga en la vida», apuntó Yoana.

Mirando de afuera,pero bien adentro

Al profe Santiago Suárez todos lo conocen por su exquisito trabajo como entrenador jefe del equipo nacional juvenil, responsabilidad a la que ahora ha sumado el puesto como principal preparador del boxeo femenino en la Isla.

Sobre los primeros pasos que se dieran una vez tomada la decisión de aprobar la práctica de este deporte entre mujeres en el país, conversó en exclusiva con JR en la casa de la armada cubana femenina de la especialidad.

«Era conocido que un grupo de atletas estaba en provincia practicando y fue con esa tropa de avanzada que empezamos, una vez se abrieron las puertas para ellas. De ahí salió una concentración de 27 muchachas de las que seleccionamos a las 12 que tenemos hoy. No obstante,  pienso que en lo sucesivo haya masividad y podamos recibir a algunas más», destacó.

Suárez comentó a nuestro diario que el primer paso que dieron estuvo enfocado en captar atletas que ya practicaran algún deporte de combate, o sea, que ya tuvieran cierto nivel de preparación física fundamentalmente, razón por la cual casi todas las muchachas que entrenan en la actualidad vienen de deportes como el taekwondo, el karate y la lucha, lo que representa una gran ayuda para los preparadores.

El experimentado técnico señaló que el trabajo con ellas actualmente está encaminado a enseñarles los aspectos técnicos del boxeo, lo que se considera como el ABC de la disciplina, dígase los golpes, los desplazamientos, la defensa, y luego se buscará un mayor nivel de exigencia para obtener los resultados deportivos que esperan.

«En abril arranca nuestra primera prueba de fuego que será los Juegos del ALBA en Venezuela, en donde el boxeo va a competir en el estado de Vargas. Ahí vamos, como a cualquier debut, pensando en participar y buscar experiencias que nos preparen para enfrentar luego los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en los que ya adquirimos compromisos de obtener medallas», reveló Santiago.

«Expectativas en torno a ello hay muchas, sobre todo en el certamen centrocaribeño. Una vez superado ese reto hay que ver cómo se comporta la preparación de cara a los Juegos Panamericanos. Lo otro a lo que aspiramos es a clasificar para los Juegos Olímpicos», certificó el líder de los entrenadores, quien además se refirió al hecho de que, a su consideración, existen tres o cuatro atletas que tienen un poco más de posibilidades de obtener resultados en estas citas y con ellas se está haciendo un trabajo específico.

El especialista valoró como muy positiva la decisión de permitir la práctica del boxeo femenino en nuestro país, contribuyendo así a la igualdad de género.

«Está comprobado a nivel mundial que el boxeo no representa riesgo alguno para la mujer y eso lo demuestra el hecho de que todos los países lo practican con muy buenos resultados, por tal motivo creo que Cuba tomó una buena medida, pudiera pensarse que estuvo algo demorada en el tiempo, pero como dicen, nunca es tarde.

Con dos agotadoras sesiones diarias de entrenamiento, las discípulas de Santiago Suárez intentan crecer aceleradamente y recuperar todo el tiempo perdido.

«El boxeo femenino se traduce en beneficios no solo para las mujeres, sino además para Cuba y para el deporte en
general, por lo que significa la disciplina para el país y por los resultados que estoy seguro vamos a aportar en el futuro. El público, el pueblo y la familia, tienen que saber que el boxeo femenino no conlleva peligros a la salud de las mujeres. Pienso que el interés de divulgarlo más va a contribuir a que la sociedad cubana logre aceptarlo y no vean mal que sus hijas quieran ser boxeadoras y, con ello, venga la masividad que necesitamos», alegó Santiago.

Pensando en que algún día será esta una práctica popular, hay pretensiones de que el equipo nacional no siempre esté integrado por 12 pugilistas, cantidad inicial que se adoptó por la premura de conformar un equipo y empezar a prepararlo.
Según el técnico cubano, en lo adelante esa cifra podría aumentar; quizá no al mismo número que posee el equipo nacional varonil de mayores, cuya nómina es de 40, pero sí puede ser posible que contemos con 20 o 25 atletas en nuestra selección principal femenina.

Otras voces del colectivo

Por su parte, el entrenador Walfrido Ilizástigui Romelí es guantanamero de nacimiento y se desempeña en el boxeo desde hace 27 años. «Originalmente llegaron 25 atletas y seleccionamos 12 que empezaron a prepararse rumbo a los principales eventos, que son los Juegos Centroamericanos y del Caribe, los Panamericanos y los Olímpicos», dijo.

«Hemos ido creando dobles sesiones (de 5:00 a 7:00 a.m. y de 9:00 a.m. a 12:00 m.), en donde el énfasis está en la preparación técnica y la corrección de errores, dos factores que las pueden ayudar a crecer rápido y mejorar de cara a los retos que vienen.

«Como norma, cuando nos preparamos, siempre lo hacemos con la mayor ambición, así que nuestro propósito es ir a los Juegos del ALBA  (del 21 al 29 de abril, en Venezuela) a buscar, al menos, dos o tres medallas de oro. Todos estamos conscientes de eso, que es algo difícil de lograr, pero estas muchachas son aguerridas y voluntariosas, igual que las cubanas de otras épocas, sabrán crecerse», expresó.

Otro de los que trabajan a diario para forjar a las 12 discípulas es Jorge Macías, natural de Cienfuegos y con más de tres décadas preparando atletas en esta ancestral disciplina. Aunque lleva solo unas pocas semanas aportando su experiencia al elenco femenino, antes estuvo tres años en Venezuela con la selección femenina de ese país, a la cual llevó a varios eventos mundiales y continentales.

«Estas muchachas tienen mucho valor, algo que es fundamental en cualquier deporte, pero sobre todo en uno de combate como el boxeo. También noto mucha potencia y fuerza en ellas, algo que también pudiera llevarlas lejos. De momento, lo que toca es perfeccionar la técnica y trabajar más la resistencia. Si las cosas siguen como estoy viendo, podríamos ser una potencia en el área dentro de un futuro cercano», declaró el estratega.

Por su parte, el especialista en Medicina General Integral y Medicina del Deporte, Armando Cámara Tejedor, acumula más de un cuarto de siglo vinculado con este campo.

Una de las principales virtudes que destacan los preparadores es el coraje de las jóvenes púgiles.FOTOS: Maykel Espinosa Rodríguez.

«En enero empezamos a hacer una suerte de historia clínica para cada una de ellas, con pruebas de laboratorio y terreno, además de caracterizaciones, todo con el objetivo de ajustarlas al peso que mejor les asiente y a partir de ahí iniciar un desarrollo más preciso.

«Contamos con unas pocas que muestran un avance mayor que el resto, precisamente por su pasado deportivo, pero en la medida en que vayan asimilando un mayor volumen de trabajo físico, ese será un factor que no se notará tanto como ahora», explicó Cámara Tejedor.

«Aunque en Cuba hemos perdido tiempo en el inicio de este deporte para las damas, tenemos un grupo con una enorme voluntad. Sus motivaciones y disciplina son grandes. A la vez, están muy felices de tener la oportunidad de hacerse un futuro en este mundo, algo que antes no era posible. Ahora tenemos varios eventos importantes rumbo a los cuales nuestro colectivo está trabajando muy concentrado.

«Al principio se veía que les costaba levantarse tan temprano, pero han ido cogiendo el ritmo. Por otra parte, es muy buena noticia que hasta el momento ninguna ha tenido problema de salud alguno, lo cual nos permite avanzar sin dificultades extras», analizó el también Máster en Control Biomédico del Entrenamiento Deportivo.

Con muchísimos retos por delante, la selección femenina de boxeo de Cuba tiene bastante que aprender y mejorar hasta convertirse en un referente mundial, igual que sus pares del sector masculino. Así todo, si nos guiamos por las caras de este plantel, podríamos decir que las alegrías llegarán antes de lo que imaginamos.

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