De los basquetbolistas cubanos contratados en ligas extranjeras a través de la Federación antillana del deporte, en 2021 fueron los habaneros Jasiel Rivero y Karel Guzmán y el espirituano Yoanki Mencía los que ocuparon más titulares con sus actuaciones en sus clubes y en la selección nacional. Jasiel con el español Valencia Basket, Karel con el rumano U-BT Cluj-Napoca, y Mencía con el argentino Gimnasia y Esgrima, de Comodoro Rivadavia. Actualmente, ese trío sigue sonando allende los mares como si se tratara de una pequeña agrupación musical.
Pero quien no le haya perdido la pista al deporte ráfaga en nuestro país en los últimos años echaría de menos la presencia de Javier Justiz entre los jugadores acostumbrados a lucir. El santiaguero fue el encargado de abrir la puerta de las contrataciones en Europa para el básquet masculino cubano, con su llegada en 2018 a la formación de Zaragoza, participante en la ACB, primera división de España, sin embargo, hoy su juego se extraña sobremanera.
Hace dos años su carrera deportiva tomó una encrucijada, que comenzó el 30 de enero de 2020, cuando se sometió a una artroscopia para solucionar la rotura de menisco en su rodilla izquierda. Luego de eso, las cosas nunca fueron como antes.
Solamente participó en 17 partidos oficiales, tres en la Liga de Campeones y 14 en el circuito profesional ibérico, ambos torneos correspondientes a la temporada 2020-2021, y sus promedios no fueron buenos.
Tras finalizar ese curso, no muchos apostaban por la continuidad del santiaguero en las filas del Casademont Zaragoza. No obstante, lo que parecía improbable se hizo realidad en agosto, cuando trascendió que la entidad aragonesa decidió contratar por una campaña más a Javier. Ante algunos rumores, el club se pronunció en septiembre asegurando que Justiz no sería cedido a otro conjunto, por lo que continuaría el proceso de recuperación en la dinámica de su quinteto.
En los últimos meses había estado casi fuera del radar, pero hace pocos días compareció en una conferencia de prensa, en la que habló con total transparencia acerca de su situación actual.
En declaraciones aparecidas en la página web del Casademont Zaragoza, dijo que en este campeonato no volverá a jugar. Los médicos le han explicado que es imposible un retorno, pero él no quiere ponerse un punto final, seguirá intentándolo, pues conserva la ilusión, aunque su rodilla no está respondiendo como debe.
«Aprovecharé lo que queda de temporada, en que sigo vinculado al club y los medios que tengo para el día a día, para ver cómo sigue la rodilla (…) Ha sido bastante duro. Busqué un sicólogo deportivo porque solo no veía opción, me ayudó mucho y sigo trabajando con él. En ocasiones llegaba llorando al vestuario, pero al final salí», aseguró el atleta de 2,10 metros.
Declaró sentirse muy agradecido con todas las personas de la institución zaragozana y por ello «vengo a apoyar al equipo en la esquina del banquillo, y todavía con el sueño de volver, aunque sé cuál es la realidad. Y un agradecimiento a la afición que me pregunta en la calle o en el partido, me ayuda a sentirme parte todavía del conjunto».
El integrante de la selección nacional añadió que se matriculó en el curso de entrenadores para ver si puede serlo algún día y está efectuando prácticas con la Fundación, de ahí que espera subir de nivel.