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El nacimiento y los recortes de prensa (Final+video)

Un día como hoy, hace 60 años, comenzó la primera Serie Nacional de Béisbol con una cartelera doble en estadio Latinoamericano y Fidel empuñando el bate en la ceremonia inaugural

Autor:

Benigno Daquinta

Después del sui generis formato de competencia explicado en la edición de ayer, un día como hoy, hace 60 años, comenzó la primera Serie Nacional de Béisbol con una cartelera doble en estadio Latinoamericano y Fidel empuñando el bate en la ceremonia inaugural.

Como constancia de aquella histórica tarde dominical les dejamos los box score de ambos partidos.

Sin embargo, hay un error estadístico en el campeonato, ganado por Occidente que, a nuestro juicio, obedece a una mala interpretación o traducción de las reglas de béisbol (escritas originalmente en inglés), lo cual debió incidir en la selección del líder de bateo.

Ese premio recayó en Erwin Walters, a la postre Jugador Más Valioso del campeonato, cuyo average de .367, producto de 29 hits en 79 veces al bate, fue menor que el de Tomás Soto (.435) al ligar 30 imparables en 69 visitas oficiales al plato.

¿Qué pudo suceder? La regla dice que se necesita un mínimo de comparecencias al bate (CB) para aspirar al liderazgo. En el caso de las Grandes Ligas (más de 140 duelos) se multiplica el número de juegos programados para el equipo por 3.1 y en los demás torneos (menos de 140), el cálculo se hace con 2.7.

Al parecer, porque no hemos encontrado una explicación al respecto, se consideró el evento como del máximo nivel y al multiplicar 28 por 3.1 da 87 comparecencias, diez más que las compiladas por Soto, y automáticamente lo excluyeron del ranking.

Lo lógico hubiera sido darle menos categoría a la serie y entonces el cálculo por 2.7, hubiese significado 76 CB y Soto hubiese ganado el premio.

Pero, y siempre hay un pero, aplicando esa lógica, la regla tiene una salvedad. Si las comparecencias que le faltan a un jugador para aspirar a ser el de más average, se suman como falladas, y aun así es el líder, pues tiene derecho a ganar el título de bateo. Y este acápite hubiera salvado a Soto, aunque el cálculo fuese con 3.1.

Sumadas a sus 77 CB, diez sin batear de hits, hubiese compilado para .380, todavía por encima de lo que ligó Walters.

Y hablando de bateo, hay un hecho curioso sobre una de las marcas históricas. En el primer inning del primer juego del doble programa del 14 de enero de 1962, el inicialista de Orientales Bernardo Utset pegó el primer hit en series nacionales.

Lo curioso es que después de ese incogible falló 14 veces seguidas, no lo pusieron a jugar más y se fue del béisbol. Solo un imparable en su cortísima carrera y su nombre tiene un lugar de privilegio en la historia.

Así es la pelota de curiosa o de enigmática. Uno pasó a la gloria por un hit y otro dio unos cuantos y no ocupó el sitio que merecía. Gracias a los recortes de periódicos de la época he podido contar estos y otros hechos de nuestro pasatiempo nacional.

 

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