La inexperiencia competitiva no disminuye la alegría en los rostros de estos jóvenes atletas ni la confianza de sus entrenadores. Autor: Lianet Escobar Hernández Publicado: 18/11/2021 | 08:32 pm
Un trío de jóvenes veleros se empeña por estos días en perturbar con sus botes la tranquilidad del mar, y hasta lo desafían (con el debido respeto) cuando el clima propio de nuestro Archipiélago por esta temporada les impide el paso al agua. Todos son miembros del equipo cubano de velas que del 2 al 4 de diciembre próximo llegará al lago Calima para competir en la justa panamericana juvenil de Cali, Colombia.
El pequeño plantel antillano que integran la matancera Laura Suárez Ramírez en la clase láser radial para damas, o ILCA, como se ha definido recientemente a la especialidad; la avileña Yaimaris Martínez Cervantes en tabla foy femenina y el cienfueguero Luis Giraldo González Pérez en el foy para varones, cumple un intenso programa de entrenamiento de cara al evento continental de la categoría.
«La preparación rumbo a esta lid comenzó desde casa debido a la pandemia. Conocíamos de la posibilidad de que se dieran estos juegos por primera vez, de ahí que ellos mientras se mantenían aislados en sus hogares, fueron cumpliendo tareas y planes de entrenamiento que se les hicieron llegar vía internet y que les permitió no arribar a esta etapa en cero. De ahí que en este minuto estemos fortaleciendo los adiestramientos en el agua», explicó Carlos Ripol Acosta uno de los entrenadores del grupo.
A esta problemática del poco tiempo que han tenido nuestros actuales campeones nacionales juveniles para practicar en el mar, se suma su inexperiencia en eventos internacionales y el siempre polémico tema de las carencias materiales que, en el caso de las velas, es una incertidumbre cuya dimensión es proporcional al tamaño de los barcos que necesitan y con los que no cuentan, en gran medida, debido al bloqueo económico que el Gobierno estadounidense insiste en levantar sobre Cuba.
«Una de las deficiencias de la clase tabla foy es que están haciendo la preparación sobre una tabla que no es con la que van a competir, sino en la RSX que es otro tipo de embarcación. Sin embargo, se están realizando esfuerzos dentro de la Federación Cubana de vela y el Inder para adquirir este tipo de equipos con el propósito de que unos días previos a la lid, podamos hacer una preparación especial con vista a la competencia final», comentó a Juventud Rebelde en visita al centro nacional de vela Andrés González Lines de La Habana, Bárbaro Rodríguez Terán, otro de los técnicos.
Para los tablistas Luis Giraldo y Yaimaris, se trata de un verdadero reto, pues en Cali, será la primera vez que se compita sobre este modelo de embarcación a nivel foráneo. «Es un equipo que tiene como particularidad que puede salir del agua. Posee una quilla y unos alerones que le permiten levantarse y las que utilizamos aquí no tienen nada que ver con eso, navegamos todo el tiempo pegados a la superficie. Estamos entrenando cosas que se asemejan pero sin la tabla correcta es muy difícil, porque la parte técnica cambia totalmente», alegó el joven veinteañero.
En el caso del láser sucede algo parecido porque la embarcación ha cambiado en cuanto a dimensiones, al tamaño de la vela y tampoco se usa el aluminio sino la fibra de carbón, por lo que nuestra representante irá a enfrentarse a un bote con características novedosas.
«Es algo que influye mucho en la puesta a punto del barco, lo cual consiste en armar la nave. Nosotros comenzamos compitiendo fuera del agua; por ejemplo, si yo como atleta logro preparar el barco en tierra mejor que los rivales, ya por ahí tengo ventaja, pero al no tener acceso a ellos, eso nos coloca por detrás del resto de los botes concursantes», afirmó Ripol Acosta.
Sin embargo, se trata de una deficiencia que no ha hecho mella en el ánimo de la yumurina de 19 años: «como objetivo personal tengo pensado estar entre las cinco primeras, aun cuando no se me pide una medalla sino más bien que compita, disfrute y dé lo máximo de mi capacidad para lograr el resultado», expuso Suárez Ramírez.
No obstante a las dificultades de índole material, a la presencia en Cali de potencias en el deporte como lo son Estados Unidos, Brasil, Uruguay, Argentina y México y al pronóstico reservado de la delegación, que más que en busca de alguna presea irá al lago Calima a foguear a estos muchachos, llamados a ser el relevo del próximo ciclo olímpico, la vela cubana tiene aspiraciones de crecer y desarrollarse en los años por venir. Potencial para ello, les sobra.