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El desafío de las que saben nadar con arte

Un grupo de 17 muchachas entrenan sin descanso en las piscinas del Complejo Deportivo Baraguá con miras a próximas competiciones de la natación artística en la región centrocaribeña

Autor:

Lianet Escobar Hernández

La natación artística cubana anda en muy buenos pasos y con ansias de romper el silencio escalofriante que la ha rondado por demasiado tiempo.

Con la vista puesta en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Aficionados a la Natación (CCCAN) de este año, en fecha aún por definir, las 17 integrantes del plantel nacional de la disciplina perfeccionan sus rutinas en el Complejo de piscinas Baraguá de La Habana.

A decir de Kenia Fons Cabrera, entrenadora del conjunto, actualmente se entrena con el propósito de conseguir medallas en este evento regional, que a su vez serviría de preparación rumbo al torneo clasificatorio a los próximos Juegos Centroamericanos, previsto a celebrarse en 2021.

«En esta lid pensamos intervenir en las modalidades de solo, dúo y equipo, tanto en la rutina técnica como en la libre, además de que por primera vez se competirá en el mixto, de ahí la importancia de entrenar de manera constante, aunque no tengamos certámenes de gran envergadura durante el año», explicó la preparadora camagüeyana.

«Por supuesto, es sabido que va a ser una clasificación extremadamente dura pues los países del área han incrementado su nivel en los últimos años, sobre todo México y Colombia a quienes consideramos nuestros principales rivales en Centroamérica.

«Pienso que las mayores posibilidades en esta justa la tendremos con el dueto mixto porque es una modalidad que inicia en muchos países y esa es una brecha que podemos aprovechar, teniendo en cuenta el buen trabajo que está realizando la pareja nuestra», aseguró Fons Cabrera.

Actualmente la natación artística cubana enfrenta retos que van más allá de la falta de competiciones foráneas; uno es el físico de las muchachas que lo practican y lo otro es la no participación de este deporte en la reconocida Copa Marcelo Salado de natación, que cada año organiza nuestro país.

Lo segundo es una batalla que atletas, entrenadores y directivos de la disciplina, todavía no logran ganar y lo primero es una realidad que afecta directamente los resultados en los grandes eventos; por supuesto, con cuerpos débiles las rutinas son menos complejas y por tanto, se les evalúa según la dificultad que presentan en el número.

Jany Milanés Varona, coreógrafa del equipo cubano afirma que no se trata de talento sino de falta de trabajo en la base, lo que les impide a las atletas llegar al plantel nacional con las actitudes necesarias.

«Aquí hay niñas con mucha calidad, a pesar de que algunas no sobrepasan los 15 años, y han mejorado cantidad, sobre todo con las acrobacias. No obstante, para estar en este deporte hace falta más.

«Se les exige ser alta (de más de 1.65 centímetros), flexibles, tener oído musical, coordinación, sentido de la orientación y físicamente ser fuertes y resistentes, de ahí que la preparación que hacemos no se limita solo a bailar en el agua, en tierra hay que trabajar también y de manera individual, porque no todas practican la misma modalidad ni tienen la misma edad», alegó Milanés Varona.

Con tantas asperezas por limar parece utópico pensar en grandes resultados para este deporte en el nuevo ciclo olímpico, sin embargo, basta tener certeza de las bajas temperaturas del agua en la alberca habanera y aún así verlas bailar, empeñarse y sonreír, para albergar esperanzas.          

 

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