Jorge Félix dio la sorpresa y se impuso a su compatriota Leuris Pupo, para obtener el título y confirmar a Cuba como potencia regional en esta disciplina Autor: Roberto Morejón Rodríguez Publicado: 01/08/2019 | 10:03 pm
LIMA.— Dos medallas «y media» alcanzó Cuba en el tiro este jueves, después de que un perle cambiara su curso de una manera que nadie aún se explica en el polígono de esta ciudad y privara a Eglys de la Cruz de un podio casi seguro.
En la pistola de tiro rápido a 25 metros el campeón olímpico de Londres 2012 y rey de los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003 y Río de Janeiro 2017, el cubano Leuris Pupo, venía solo por el oro que le había sido esquivo en las dos últimas ediciones continentales (en Guadalajara por una rotura del arma y en Toronto había quedado cuarto), pues tenía ya el boleto olímpico.
Su compañero, Jorge Félix, tenía más presión. Acompañar a Pupo en Tokio 2020 era su principal propósito, aunque una presea nunca le vendría mal. Por eso, cuando el peruano Marko Carrillo terminó la competencia con medalla de bronce y solo quedaban los cubanos para repartirse el oro y la plata, Jorge Félix respiró hondo y se dijo: ya, cumplimos.
Siempre pensó en plural, y la última serie lo premió con un título que se llama, dice él: Cuba.
—Y eso, ¿no te interesaba el primer lugar?
—Yo vine a Lima por el boleto a Tokio, me concentré en ejecutar bien la técnica, por eso cuando se fue el cuarto atleta y ya me sabía dueño de la clasificación para Tokio, tenía la mitad del trabajo hecho.
«Después que el peruano agarró bronce y solo éramos Pupo y yo para el oro y la plata, sentí que ya la competencia había acabado para mí, la última serie la ejecuté para cumplir. Lo digo de verdad. Pupo y yo somos lo mismo».
—El año pasado en la Copa del Mundo de Múnich fuiste bronce, ¿lo consideras un augurio de lo que sucedió aquí?
—Aquella medalla me hizo creer que sí podía, que lo de Pupo en Londres no es imposible, a pesar de nuestras dificultades con el polígono y las carencias de balas.
—No empezaste bien y fuiste subiendo en la medida que avanzaba la prueba, ¿la presión, el clima…?
—Es que uno empieza con mucha presión, a todos nos sucede, yo era el sexto en el orden y escuchaba los disparos de los demás, tuve que trabajar sicológicamente para que no me afectara. Después estuve más controlado.
—Muy simbólico el abrazo al final con Pupo…
—Agradecimiento, alegría, por haber cumplido el compromiso de aportar medallas a la delegación y lograr mi cupo olímpico.
—Un lujo compartir juntos en Tokio 2020.
—Sí, será emocionante, pero ahora lo veo como un compromiso y más sacrificio.
—¿Para quién fue tu primer disparo mental cuando te supiste campeón?
—Son muchas personas que han tenido que ver con este premio, pero no las mencionaré para no olvidar a nadie. Quiero que todas se sientan aludidas en un solo nombre: Clara Rafaela Yanes, mi mamá.
«Por ella soy tirador. Trabajó 30 años en el polígono, fui a los Panamericanos de la Habana 91 con dos años, casi vivía dentro de ese lugar. Todavía me enseña cómo pensar, entrenarme, cómo conducirme».
—Ustedes fueron afortunados con la preparación, ¿verdad?
—El tiro es un deporte costoso, pero este año el apoyo del Inder fue notable, gracias a eso pudimos hacer una de las mejores preparaciones de mi carrera deportiva, con bases de entrenamiento en el extranjero, y además Pupo y yo estuvimos casi cuatro meses aquí, invitados por la Federación peruana. Como recompensa los ayudamos en la preparación de sus atletas y mira el resultado, nunca habían cogido una medalla en tiro rápido y se van con el bronce.
—Entonces, ese tercer lugar tiene sabor cubano…
—(sonríe) Sí, es mitad peruano y mitad cubano.
Jorge Félix dio la sorpresa y se impuso a su compatriota Leuris Pupo, para obtener el título y confirmar a Cuba como una potencia regional en esta disciplina.