Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Frutos en el desierto

Mayvihanet Borges y Katherin Nuevo regalaron a Cuba otra alegría inesperada con su medalla de oro en el C2 a 500 metros

Autor:

Enio Echezábal Acosta

Lima.— A poco más de tres horas y 200 kilómetros de la sede central de los Juegos Panamericanos, la arena y el mar son prácticamente la única compañía. La franja costera en la que se ubica la Albufera Medio Mundo, localizada en el distrito de Végueta en la provincia limeña de Huaura, parece más un desierto que una playa.

Aunque en la distancia se nota algo de rudo pasto y una línea de árboles de poca talla, en muchas millas a la redonda el paisaje es más similar al Sahara que a la exuberancia característica de Sudamérica. Solo falta el sol, oculto por la perenne grisura invernal.

En medio de ese panorama, y como viene siendo regular en lo que va de evento, alguien que no estaba en los pronósticos dio una alegría inesperada a todo el archipiélago cubano. Mayvihanet Borges y Katherin Nuevo (1:56.661 minutos) se convirtieron en campeonas del C2 a 500 metros, luego de hacer una regata espectacular, en cuyo tramo final rebasaron con autoridad a los botes de Chile y Canadá, segundo y tercero, por ese orden.

«Siempre nos planteamos ganar el oro, porque a pesar de ser nuestra primera competencia internacional juntas, nos sentíamos seguras después de tanto entrenamiento. La emoción de superar a rivales tan buenas es muy grande», declaró Borges luego de recibir su premio dorado, mientras su compañera se veía privada de intercambiar con la prensa a causa de las pruebas antidopaje.

Un rato antes, el estelar «velocista» Fernando Dayán Jorge (3:48.574 minutos), no pudo repetir el oro del C2, y terminó segundo en el C1 a mil metros, por detrás del brasileño Isaquías Queiroz (3:47.631), subcampeón olímpico y bronce mundial en esa modalidad.

La regata fue de un nivel espectacular, al punto de que a la altura de los 500 metros, el tiempo de los dos líderes se acercaba al parcial de la plusmarca del orbe. Para cerrar, el duelo fue aún más intenso, pues a pesar de la ventaja que logró tener el sudamericano, nuestro representante recortó distancias, y casi consigue lo que hubiera sido una remontada antológica.

«Fue una prueba muy buena, de las que podemos decir que son “a muerte”. Sabía que tenía que dar el máximo, y aunque lo hice bien, no estoy satisfecho con el resultado. Ahora lo que toca es pensar en el Campeonato del Mundo, que da clasificación olímpica. La idea es seguir trabajando para llegar a Tokio y cumplir nuevas metas», expresó el joven canoísta cienfueguero.

Por su parte, el kayakista Fidel Vargas se fue sin podio, al quedar quinto en el K1 a mil metros y octavo, junto a Robert Benítez, en el K2 a esa misma distancia.

Al cierre de la jornada, Yurisledy Muñoz ocupó la sexta posición de su final, el K1 a 500 metros para damas.

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