«El triatlón de La Habana es mi gran amor»

Marisol Casado es una deportista de toda la vida. En su etapa universitaria, practicó el hockey sobre césped, y más tarde escogió el atletismo, en donde corría los 400 y 800 metros planos. Más tarde escogería retos más grandes, al punto de que en 1978 resultó una de las seis mujeres que participaron en el 1er. Maratón de Madrid. A la altura de 1984 volvió a romper el molde. Ya convertida en triatleta, fue nada menos que la reina del primero de esos eventos combinados que se efectuó en España, exactamente en la ciudad de Guadalajara.

Enamorada totalmente de este casi sobrehumano deporte, comenzó su carrera como directiva e impulsora de esta disciplina, hasta que en 2008 fue elegida como presidenta de la Unión Internacional de Triatlón (ITU, por sus siglas en inglés).

Casado cumple su tercer mandato al frente de la ITU, y por estos días visita de nuevo la casi medio milenaria capital de todos los cubanos, con motivo de la 5ta. edición del Triatlón de La Habana (TLH).

En un breve descanso antes de la conferencia de prensa de este viernes, Marisol conversó con Juventud Rebelde sobre varios temas referentes a la organización que preside, y a la actualidad del TLH, al cual califica como «el amor de su vida».

—¿Cuáles son sus expectativas para esta 5ta. edición del Triatlón de la Habana?

—Como siempre, mejorar con respecto al año anterior en cuestiones de gestión y participación. Escalar un peldaño más para poder acometer otros retos organizativos del triatlón.

—Se sabe que existe la posibilidad de convertir al TLH en un Gran Prix, ¿a qué distancia estamos de eso?

—Creo que nos vamos acercando, y aunque nos gustaría ir más deprisa, en este momento es todavía complicado poder atraer a la competición a atletas de más nacionalidades. Dicho esto, tengo que reconocer que estoy muy contenta, porque en 2019 tenemos una participación de más de cien personas con respecto a la pasada edición. Además, tendremos a 250 cubanos incluidos en la justa, lo que habla del buen desarrollo del evento a lo largo del tiempo, y del legado que hemos construido hasta ahora.

—¿Por qué es Cuba una plaza tan importante para este tipo de eventos de la ITU?

—De alguna forma hay algo personal en ello, porque yo soy española, y con este país tengo una gran identificación. Con Cuba las cosas son mucho más fáciles.

«Además, este país se distingue por su deporte, y por otra cosa importante, que es la admiración de los cubanos por sus glorias deportivas y lo bien que cuidan a sus héroes locales. Por eso nos gusta hacer eventos en esta urbe, y en general a lo largo de todo el país».

—¿Cuáles son los planes de la ITU para el futuro cercano del TLH?

—Bueno, para comenzar, en el tema Cuba hay buenas noticias. De momento ya se conoce que para este evento habrá una apertura significativa, pues antes, para participar, los cubanos debían estar en dos competencias previas al TLH. Ahora también podrán incluirse si pagan la cuota de inscripción de la prueba abierta, una medida que contribuye al crecimiento del número de practicantes de este deporte.

«Mirando hacia 2020, tenemos que evaluar el resultado final de este año, que entiendo que será bueno tomando en consideración a las proyecciones climáticas y la cantidad de participantes. Al final, el sueño es conseguir organizar aquí una Copa del Mundo. De lo que se trata es de dar a los triatletas cubanos una competición en casa, para así ayudarles a clasificarse para los Juegos Olímpicos».

—De cara a Tokio, y tal vez un poco más allá, ¿qué planes tiene la ITU para el deporte?

—Con la clasificación para las olimpiadas de 2020 casi terminada, en este momento estamos trabajando ya pensando en París 2024. Nos gustaría que nos admitieran más deportistas dentro de la competición de triatlón, pues actualmente solo contamos con 55 representantes en cada sexo.

«La buena noticia es que en Tokio tendremos una medalla más en disputa, que serán los relevos mixtos. Esta modalidad ha abierto otras posibilidades, pues los atletas están clasificando tanto por la vía individual como por equipos.

«La idea es que para París nos den al menos diez deportistas más en cada sexo, y que así más países logren ir a ese importante evento. Si pensamos que cuando Sydney 2000 la ITU tenía 80 países afiliados, y que ya actualmente somos 170, esto nos hace luchar mucho más por incluir a más de nuestros atletas.

«No es fácil, porque el Comité Olímpico Internacional (COI) es reacio a aceptar más competidores, pero ya hemos comenzado los trámites con Thomas Bach, presidente de esa organización, y tengo esperanza de que logremos ampliar la cifra».