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El resultado no es la única parte del proceso

JR dialogó Guilherme Torres, coordinador metodológico del fútbol base del Fluminense Football Club, a propósito del inicio de un acuerdo de colaboración entre Asociación de Fútbol de Cuba y la Confederación Brasileña de Fútbol

Autor:

Enio Echezábal Acosta

El reciente anuncio de un acuerdo de colaboración entre la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF, por sus siglas en portugués), sacudió el panorama balompédico de la Isla. Tal oportunidad, gestionada por la FIFA, genera grandes expectativas de cara al futuro, y hace pensar en el posible repunte de un deporte que lleva demasiados años envuelto en un ambiente gris. 

Como parte de las actividades del naciente proyecto, un dueto de técnicos de esa nación suramericana impartió una clínica para entrenadores nacionales en el capitalino hotel Kohly. Uno de ellos fue Guilherme Torres, coach con experiencia en las categorías inferiores de las selecciones brasileras, así como en las canteras de dos clubes históricos como Flamengo y Botafogo.

Torres, quien actualmente trabaja como coordinador metodológico del fútbol base del Fluminense Football Club, accedió a conversar en exclusiva con JR.

—¿Qué se lleva de Cuba?

—Algo que me parece curioso, según lo que escuchamos de los entrenadores, es que en Cuba hay una cultura muy basada en los resultados inmediatos. Es cierto que el resultado forma parte del proceso, pero no es la única. Por eso es que tenemos que pensar y crear nuevas métricas de rendimiento además del resultado. De esta forma es posible tener una planificación de desarrollo individual del jugador, pues en un final los equipos son solo plataformas que tributan al mejoramiento del recurso humano.

Lo que ocurre cuando nos preocupamos demasiado por el resultado, es que podemos perder a los talentos. Cuba hoy en día tiene talentos y fútbol de calle, que es la base de la iniciación. Entonces entiendo que aquí sí se puede lograr una explosión de ese talento y del desarrollo del fútbol.

Sobre los muchachos que hemos podido ver, puedo decir que su calidad es notable. Tuvimos contacto con un equipo sub-13 de La Habana, y fuimos testigos de su excelente relación con la pelota y del desarrollo de sus aspectos técnicos. Pienso que como parte de un proceso a largo plazo todo está muy bien, aunque hay que pensar en las condiciones de las canchas, porque sin las canchas adecuadas, todo es más difícil.

Otro tema que hemos estado hablando en el curso ha sido el de la identidad del fútbol cubano, sobre la forma en que debería jugar su selección, considerando su historia y cultura. Sabemos que hay un elemento importante de lucha en el ADN de los cubanos, y eso es algo en torno a lo cual hay que reflexionar para conseguir un estilo que se parezca a su país.

Cuba es conocida mundialmente por sus grandes triunfos deportivos en disciplinas como el boxeo, y estoy consciente de que todos quieren que el fútbol esté a esa altura algún día. Pero para lograrlo hay que crear un proyecto que tenga propósito, misión, visión y valores, y que no se evalúe solo en el momento, sino en dónde estará a mediano y largo plazo.

—¿Cómo fue la experiencia con los entrenadores cubanos?

—Fue una gran sorpresa ver cómo es la formación de los técnicos de aquí, porque Cuba es una referencia en educación, y muchos entrenadores acá tienen maestrías y doctorados, lo cual dice que están bien formados en ese sentido.

Igual algunos pueden no tener mucha experiencia con el fútbol, pero me sorprendió mucho su capacidad de asimilación del contenido, que fue muy buena. Creo que este ha sido un primer momento importante, aunque considero que debe haber continuidad, y luego se debe pensar en estrategias de desarrollo, no solamente en la parte técnica, sino en temas de estructura, gestión, y otros aspectos generales, todo lo cual forma parte del proceso sistémico de formación de los atletas.

—¿Hábleme de su trabajo con Fluminense?

—Soy el responsable por toda la metodología de entrenamiento del fútbol base, por tanto, es mi función planificar todo lo que ocurre en la cancha. Hay un proyecto técnico para la evaluación y desarrollo del jugador, y tenemos medidores para ver cómo marcha, ya sea que estemos en el camino correcto, o si debemos modificarlo.

En Brasil, entre todos los profesionales tenemos excelentes relaciones, y hablamos mucho sobre fútbol en espacios y cursos específicos. Ya fuera de esos ambientes, si entra en juego la competencia. En resumen: compartimos e intercambiamos informaciones con nuestros colegas, pero hasta un límite. Igual que la Coca-Cola no comparte su receta, hay cosas que hacemos en Fluminense que solo nosotros sabemos.

«Flu» es el principal equipo de formación de nuestro país, y por ello una referencia muy grande. Hemos hecho debutar a grandes jugadores del escenario mundial, como son Marcelo (Real Madrid), Thiago Silva (París Saint-Germain) y Fabinho (Liverpool).

El principal objetivo de las categorías base es formar jugadores para el primer equipo. Ya cuando el atleta llega al primer equipo tenemos que velar por su rendimiento, elemento fundamental para la continuidad del proceso de formación.

Hay dos aspectos básicos por el que trabajamos dentro del sistema futbolero en Brasil: primero, que el jugador ascienda al primer equipo, y luego, que ese mismo jugador sea fichado por un club de Europa, lo cual tributa a nuestra salud financiera. Claro que no solo nos interesa la parte deportiva, sino la formación integral de los futbolistas, motivo por el cual tenemos siempre presentes cinco valores que rigen a la institución: respeto, espíritu de equipo, compromiso, creatividad y merecimiento.

—¿Cuál es su opinión de la colaboración entre AFC y CBF?

—Es una estrategia fundamental para el desarrollo del fútbol cubano, sobre todo porque el poder compartir diferentes experiencias es lo más importante de cara a la producción del conocimiento de los cubanos en esta materia. Estamos tratando de encontrar qué de lo que estamos haciendo en Brasil puede tener sentido para el desarrollo del fútbol cubano, y en el proceso aprendemos nosotros también, pues se trata de una vía de dos sentidos.

Creo que uno de los factores fundamentales para que Brasil pueda contribuir al fútbol de la Isla está en la cercanía que tienen ambos pueblos a nivel cultural, genético e histórico. Lo otro son los títulos que nos acreditan como un asistente de lujo para ayudar a este deporte.

 

 

 

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